Este martes, el medio independiente CubaNet publicó un editorial contundente en el que denuncia una nueva arremetida del aparato represivo del Estado cubano contra el periodismo libre, marcada esta vez por la salida forzada del reportero Adelth Bonne Gamboa, quien se vio obligado a renunciar públicamente a su colaboración con el medio tras años de acoso sistemático.

El editorial deja claro que no se trata de un hecho aislado, sino de un patrón reiterado de persecución política. Durante al menos dos años, Adelth Bonne fue sometido a interrogatorios, amenazas y presiones constantes por parte de la Seguridad del Estado. La represión no se limitó a él: su madre fue amenazada con perder su empleo y él sufrió una crisis de hipertensión tras advertencias directas sobre la integridad física de su hijo. Amigos y allegados también fueron intimidados, con el objetivo de aislarlo y quebrar su entorno de apoyo.

Según explica CubaNet, tras un período regulado —una práctica habitual para castigar a periodistas incómodos—, las autoridades le devolvieron el derecho a salir del país solo como parte de una “negociación” forzada: destierro o cárcel. Este método, ya aplicado a otros reporteros independientes, implica además la prohibición de regresar a Cuba, convirtiendo el exilio en una extensión del castigo político.

El editorial sitúa el caso de Adelth Bonne dentro de una escalada represiva más amplia. La periodista Camila Acosta continúa bajo arrestos domiciliarios cada vez más frecuentes; Ángel Cuza permanece detenido a la espera de juicio tras una detención arbitraria, pese a haber cumplido ya dos condenas políticas.

Otros reporteros han sido víctimas de agresiones físicas, amenazas a familiares, cercos policiales y cortes selectivos de internet. Son prácticas que buscan amedrentar, desgastar y silenciar a quienes informan desde la Isla. Aun así, destaca que el medio sigue creciendo dentro de Cuba, incluso con su sitio web bloqueado y en medio de apagones y encarecimiento del acceso a internet. Para la redacción, ese crecimiento es la mayor prueba de la necesidad y legitimidad de la prensa independiente.

El editorial concluye con un llamado urgente a la comunidad internacional, a las organizaciones defensoras de la libertad de prensa y al exilio cubano para que no miren hacia otro lado. “El silencio jamás será una opción”, afirma CubaNet, subrayando que el periodismo independiente y el activismo cívico constituyen hoy la última línea de defensa frente a un régimen que criminaliza la verdad y expulsa a quienes se atreven a contarla.

Fuente: José Luis Tan

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