En Cuba, no es ningún secreto, que en los hospitales, especialmente en aquellos más grandes como el Hospital Docente "Enrique Cabrera" (también conocido como Hospital Nacional), los pacientes deben llevar gran parte de los insumos médicos necesarios para su tratamiento o cirugía.

Sin embargo, hay quienes se preguntan si realmente escasean los recursos o si estos simplemente siguen otro camino.

Desde la Sala de Terapia Intensiva de este hospital, ubicado en el municipio Boyeros de La Habana, ha llegado una denuncia alarmante. Según testimonios de trabajadores de la institución, Idalma, la jefa de la sala, junto a su cómplice Daniela, estarían dedicándose al robo y venta de medicamentos e insumos médicos que deberían ser utilizados para el tratamiento de los pacientes.

Las imágenes que acompañan esta denuncia son devastadoras: muestran taquillas llenas de medicamentos y otros insumos médicos que, en lugar de estar disponibles para los pacientes en necesidad, se roban para ser vendidos de manera ilícita.

Además, una de las mochilas utilizadas para transportar estos productos también se muestra en las imágenes, evidenciando la magnitud de la corrupción dentro del hospital.

Este tipo de acciones no solo pone en riesgo la salud de los pacientes, sino que refleja un sistema de corrupción que parece permear todas las capas de la administración hospitalaria. La denuncia sugiere que los directivos del hospital están al tanto de estos robos, pero no toman ninguna medida para detenerlos.

De hecho, se sospecha que algunos de ellos están involucrados en una cadena de corrupción aún mayor, que va más allá de la simple sustracción de insumos médicos.

Es un hecho inaceptable que, mientras muchos cubanos luchan por acceder a tratamientos médicos básicos, existan empleados públicos que se aprovechan de su posición para lucrarse a costa de la salud de los más vulnerables.

La denuncia pone de manifiesto una clara falta de control y responsabilidad dentro de la institución y subraya la urgente necesidad de un cambio en la gestión de los recursos en los hospitales del país.

Este caso no es aislado, y la impunidad con la que operan los responsables de estos actos de corrupción refleja una realidad preocupante que muchos callan. Es un llamado de atención para las autoridades, que deben actuar con mayor firmeza y transparencia para erradicar este tipo de comportamientos que deterioran aún más la ya frágil situación del sistema de salud en Cuba.

© LaTijera

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