Un reciente decomiso de alimentos en Jagüey Grande, Matanzas, por parte de las autoridades ha desatado una ola de indignación entre los internautas, quienes cuestionan la lógica de perseguir a quienes intentan suplir la escasez que afecta a la población. La información fue difundida por el perfil oficialista "Con Todos La Victoria", cercano a la policía, que presentó el hecho como un éxito operativo. Sin embargo, los comentarios en redes sociales reflejan una opinión muy diferente.

El operativo se llevó a cabo contra Lisuan Pantalión Hernández, quien transportaba 16 sacos de arroz, y Duniesky García Lazo, quien llevaba 74 cajas de tomate, ambos desde provincias orientales hacia La Habana sin documentación legal. Según la versión oficial, los productos fueron decomisados y vendidos de manera forzosa a la población a precios supuestamente asequibles.

Las reacciones en redes sociales no tardaron en llegar, criticando el actuar de las autoridades y señalando que, en lugar de perseguir a quienes intentan comercializar alimentos, el Estado debería centrarse en suplir la crisis alimentaria.

Miguel, uno de los internautas, expresó: "Por lo menos gracias a ellos el pueblo tiene comida, porque si esperamos a lo que el país debe garantizar, estamos fritos. En Cienfuegos mismo, el país debe 19 libras de arroz en tres meses, y en vez de solucionar eso, persiguen a los infelices que siembran y cosechan con sacrificio".

María, otra usuaria, se sumó al rechazo: "Por Dios, ¿qué vamos a comer? ¿Cómo vamos a vivir? Si cada vez atrapan a los vendedores que nos están salvando, el Estado no vende nada".

Oreste también mostró su frustración: "Abusadores, estamos comiendo gracias a ellos. Pónganse a perseguir a los ladrones y asaltantes, no a quienes intentan traer comida".

Por su parte, Ariel criticó la prioridad de las autoridades: "De verdad que le ronca. Tantos asesinatos sin resolver y publican esto como si fuera un logro, cuando en realidad solo están quitándole comida al pueblo".

La escasez de alimentos en Cuba es un problema que el gobierno no ha logrado solucionar, y este tipo de operativos solo agravan la situación, según la percepción de los ciudadanos. La indignación generalizada deja en claro que muchos ven en estos vendedores una alternativa ante la ineficiencia del sistema de distribución estatal. Mientras el Estado se enfoca en reprimir estas iniciativas, la pregunta sigue en el aire: ¿quién garantiza la comida del pueblo?

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