Decisiones erráticas y abandono estatal aceleran el colapso productivo en Jobabo
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 6 de julio de 2025

La ganadería en Jobabo, municipio de Las Tunas, atraviesa una crisis profunda tras años de abandono institucional, estrategias fallidas y decisiones desarticuladas. La producción de leche, que antes de 2020 era una actividad con potencial, se ha reducido a una tercera parte, con un promedio de apenas 2,000 litros diarios en mayo de 2025.
El desplome no es un fenómeno aislado, sino el resultado de una gestión ineficaz, marcada por la falta de inversión, improvisaciones sin continuidad y ausencia de planificación técnica.
“Durante los últimos 15 años, la única ‘estrategia’ de incentivo que se ha visto han sido los inflacionarios, los cuales, distantes de tener un impacto positivo real, provocan que se estanque la producción o, incluso, retroceda”, afirma el periódico oficialista 26.
Las consecuencias se reflejan en un deterioro acelerado del rebaño, que pierde entre el 7 y el 10 % de su masa anualmente debido a la escasez de alimento, agua, medicamentos, y al aumento de la mortalidad. A esto se suman el hurto, el sacrificio ilegal y la sobreexplotación de los animales para cumplir con planes establecidos desde despachos sin conexión con la realidad del campo.
“El productor recibe entre un 80 y 90 % menos de recursos que otros sectores agrícolas, pero se le exige más”, añade el informe. Incluso cuando se han entregado recursos, como sistemas de ordeño mecanizado, estos han fracasado por falta de soporte técnico y condiciones mínimas para su uso.
Las decisiones tomadas entre 2017 y 2018, como el retiro del 85 % del rebaño estatal, agravaron la situación al desmantelar lo poco que quedaba.
“La sequía era un riesgo previsible, pero no se tomaron medidas mínimas como pozos, estanques o siembra de pastos resistentes”, denuncia el medio. Lo más grave es que las estrategias anunciadas en conferencias y reuniones nunca se aplicaron en el terreno. Mientras tanto, el control sobre cooperativas sigue siendo férreo, pero nadie responde por haber destruido estructuras funcionales.
El futuro de la ganadería en Jobabo depende de decisiones valientes: escuchar a los productores, rescatar conocimientos técnicos y distribuir mejor los recursos. Mientras no se actúe con visión nada se salvará del desastre.