Cuatro años después del histórico 11 de julio de 2021, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel ha declarado que Cuba “está firme”, reafirmando la línea oficialista de resistencia y continuidad.

A través de su cuenta en la red social X, Díaz-Canel evocó símbolos de lucha como los cimarrones y los mambises, y compartió una imagen de la escultura de José Martí señalando la embajada de Estados Unidos, en un gesto dirigido a reforzar la narrativa de confrontación externa.

El 11J representó un momento sin precedentes: miles de cubanos, en más de 40 ciudades del país, salieron a las calles a exigir libertad, derechos y el fin del sistema autoritario.

Las consignas “¡Libertad!” y “¡Patria y Vida!” se escucharon con fuerza, marcando una ruptura en el silencio histórico de la ciudadanía bajo represión. La respuesta del gobierno fue inmediata: tras las palabras de Díaz-Canel en cadena nacional –“la orden de combate está dada”–, se desató una ola represiva que dejó miles de detenidos y centenares de condenas por motivos políticos.

“Muchos jóvenes aún cumplen largas penas por haber salido a la calle con una bandera o por gritar consignas pacíficas. La represión ha marcado profundamente la memoria colectiva del pueblo cubano”.

Mientras tanto, el régimen cubano promueve en redes sociales el hashtag #CubaEstáFirme, solicitando a sus instituciones reforzar el mensaje de estabilidad.

Sin embargo, ese discurso oficial contrasta con la percepción de muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la Isla. “La certeza de que el régimen se debilita crece cada día, alimentada por la crisis económica, la migración masiva y el desgaste social”.

La comunidad cubana en el exilio conmemora el 11J con actos simbólicos. En Madrid, el Movimiento Acciones por la Democracia organiza una jornada pacífica en la Plaza de Santo Domingo, desde el mediodía hasta la noche.

La fecha también ha recibido atención internacional. El secretario de Estado de

EE. UU., Marco Rubio, envió un mensaje de solidaridad con el pueblo cubano, condenando la represión y reiterando el respaldo a quienes luchan por la libertad. Cuatro años después, el 11J continúa siendo un símbolo de esperanza, dolor y resistencia.

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