Díaz-Canel en la Plaza Roja: el peón caribeño del Kremlin en el desfile de Putin
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 30 de abril de 2025

Miguel Díaz-Canel ha confirmado su participación en el desfile del Día de la Victoria en Moscú el próximo 9 de mayo, marcando su cuarto viaje oficial a Rusia desde que asumió el poder. Su presencia, más que un acto protocolar, confirma la creciente subordinación del régimen cubano a la oligarquía rusa liderada por Vladimir Putin.
El evento, que conmemora el 80.º aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, adquiere este año un marcado tono político en medio de la guerra en Ucrania. A pesar de su aislamiento internacional, Putin aprovechará la ocasión para exhibir una red de aliados autoritarios, entre ellos Díaz-Canel, quien se ha convertido en una ficha útil del Kremlin en América Latina.
Junto al líder cubano estarán presentes mandatarios como Xi Jinping (China), Nicolás Maduro (Venezuela), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Aleksandr Lukashenko (Bielorrusia) y Mahmud Abbás (Autoridad Palestina) en una cita que congrega a jefes de Estado con tendencias autoritarias o híbridas, todos opuestos al orden liberal internacional.
El vínculo entre Cuba y Rusia se ha reforzado drásticamente en los últimos dos años: más de una decena de acuerdos bilaterales incluyen desde el suministro de petróleo hasta el uso del rublo como moneda comercial.
Moscú ha extendido su influencia en sectores claves de la economía cubana como la energía, la agricultura y el transporte. Además, La Habana ha recibido apoyo en ciberseguridad, propaganda política y asistencia militar.
Uno de los aspectos más sombríos de esta relación es la implicación de jóvenes cubanos como mercenarios en el frente de batalla en Ucrania, combatiendo bajo bandera rusa. Pese a que el régimen cubano ha intentado desvincularse del escándalo, reportes independientes revelan que muchos fueron reclutados con promesas de ciudadanía o pagos en divisas.
Lejos de ser un actor soberano, Díaz-Canel se presenta en Moscú como un mandatario sin agenda propia, cuya gobernanza depende de las migajas del Kremlin. Su participación en el desfile del 9 de mayo consolida su imagen como un títere de Putin, dispuesto a legitimar con su presencia la narrativa revisionista del orden mundial impulsada por Moscú.
En vez de abogar por los intereses del pueblo cubano, empobrecido y desesperado, el mandatario se alinea con autócratas que desprecian la democracia, los derechos humanos y el derecho internacional. Cuba, bajo Díaz-Canel, es hoy un satélite más del bloque iliberal liderado por Rusia.