El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez aseguró este viernes en la red social X que las acciones implementadas por el Gobierno “están dando frutos” frente a la epidemia de arbovirosis que afecta al país, una afirmación que generó escepticismo y críticas entre numerosos usuarios.

“En reunión de expertos y científicos se mostraron modelos matemáticos que indican contención de la epidemia de arbovirosis en el país. Las medidas están dando fruto y no vamos a bajar la guardia”, escribió el mandatario, en referencia a un encuentro sostenido el 24 de diciembre en el Palacio de la Revolución con especialistas del sistema de salud.

El mensaje no tardó en provocar reacciones. Uno de los comentarios más compartidos ironizó sobre el optimismo oficial: “Hace falta que esos expertos creen un modelo que diga cuánto más va a durar la vida que ustedes le han impuesto a los cubanos. ¿Hasta cuándo es el sinvivir este?”, escribió un usuario, reflejando el descontento social que acompaña este tipo de anuncios.

Durante la reunión, autoridades del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) informaron que los casos de dengue y chikungunya muestran una tendencia a la baja. Según los datos oficiales, el país acumula ocho semanas consecutivas de reducción en los diagnósticos de arbovirosis.

No obstante, el propio informe reconoce que la situación dista de estar resuelta. La mayoría de las provincias cubanas —con excepción de Matanzas, Granma y la Isla de la Juventud— continúa dentro del corredor endémico de epidemia, lo que implica un riesgo sostenido de transmisión.

El matemático Raúl Guinovart Díaz explicó que los modelos de pronóstico “apuntan a una tendencia a la mejoría” y estimó que la epidemia podría controlarse entre enero y febrero, siempre que no se alteren las condiciones ambientales.

Pese a ese escenario optimista, las cifras revelan que aún persisten más de 2.800 casos de chikungunya en 134 municipios, con tasas de incidencia superiores al promedio nacional en provincias como Guantánamo, Las Tunas, Santiago de Cuba, Pinar del Río y Artemisa.

Mientras tanto, miles de cubanos continúan enfrentando las secuelas del virus. Dolores articulares crónicos, fatiga prolongada y otros síntomas persistentes afectan a pacientes incluso meses después del contagio. En Matanzas, las autoridades sanitarias admitieron que más del 60% de los enfermos busca tratamientos de rehabilitación o medicina tradicional tres meses después de haber enfermado.

Así, aunque el discurso oficial insiste en la contención de la epidemia, la realidad sanitaria y el malestar ciudadano muestran que el impacto de las arbovirosis sigue siendo una carga significativa para la población cubana.

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