Ante una aguda crisis económica y desabastecimiento, los cubanos miran con inquietud el posible fin de la exención de impuestos para la importación de alimentos y medicamentos, cuya vigencia expira el 30 de septiembre. Esta medida, implementada en 2021 tras las protestas del 11 de julio, ha sido renovada en varias ocasiones, pero el gobierno aún no ha anunciado si habrá una nueva prórroga.

La incertidumbre ha generado preocupación en la población, especialmente por la persistente escasez de productos básicos en la isla. En redes sociales, muchos expresan la urgencia de mantener la exención. "No hay nada en las farmacias, y los que necesitamos medicamentos como el enalapril tenemos que comprarlos en el mercado informal", comenta Pablo, un paciente de Matanzas que sufre problemas cardíacos a "Martí Noticias".

La medida ha permitido que cubanos y residentes en el extranjero envíen alimentos, medicamentos y productos de aseo sin pagar aranceles, una ayuda temporal que, según el gobierno, busca aliviar la situación ante la crisis. Sin embargo, muchas personas dependen de estos envíos para acceder a bienes que no se encuentran en las tiendas estatales.

A pesar de que algunos critican que esta exención solo beneficia a quienes tienen recursos para importar productos, muchos consideran que eliminarla agravaría la situación para quienes dependen de estos envíos. Yaxys Cires, del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), advierte que no renovar la medida "sería un golpe devastador" para la población, en particular para los más vulnerables, como niños, ancianos y enfermos crónicos.

La escasez no solo afecta a alimentos y productos de higiene, sino también a medicamentos esenciales. Las autoridades cubanas han reconocido que solo producen el 62% de los fármacos necesarios, mientras que la importación del resto se ha visto comprometida por la falta de financiamiento. En un informe reciente, el ministro de Salud de Cuba, José Ángel Portal Miranda, confirmó la crítica situación de desabastecimiento en el país.

Mientras el tiempo avanza hacia la fecha límite, la población espera una respuesta del gobierno. El futuro de la exención de impuestos podría marcar un nuevo desafío en el ya complicado escenario cubano.

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