Durante varios años, Laritza Camacho fue la imagen del Canal Educativo 2 y su presencia frecuente en la televisión nacional, especialmente en el espacio Mediodía en TV, lo que la volvió una persona bastante cercana a los televidentes. Un buen día no la vimos más. Ahora trabaja en Radio Ciudad de La Habana y se mantiene como una mujer de criterio y razones.

"He estado callada como quien teme romper un hilo de seda con su aliento...pero no veo motivo de jubileo para 2025;un año que arrastra guerras inconclusas de otros años, muerte, fuego, explosiones sin respuestas, división.

"Quiero estar fuera de todas las listas...¡yo y mi país!. Quiero verdades palpables, no juegos de azar y conveniencias con la vida y el destino de los hombres, de todos los hombres.

"Quiero la libertad de todos los presos de conciencia ¡de todos! porque la conciencia de los hombres debe ser libre de expresarse y actuar. Quiero, además y por sobre todas las cosas, que no sea el Papa, ni ningún político quienes resuelvan los problemas de nuestro país. Quiero un país cívico, consiente de su decir y actuar, unido en sus diferencias, justo, con voz auténtica de pueblo.

"¡Es mi opinión y mi deseo!"

Sin dudas, las palabras de Laritza expresan un profundo desencanto con el panorama mundial y nacional de cara al 2025. Su reflexión parte de un silencio prudente, casi temeroso, como si hablar pudiera quebrar una delicada estabilidad. Sin embargo, cuando decide expresarse, lo hace con contundencia: no hay motivo de celebración en un mundo arrastrado por guerras, destrucción y divisiones profundas.

Su deseo de estar fuera de "todas las listas" parece señalar un anhelo de independencia, tanto personal como nacional, de agendas ajenas y manipulaciones políticas. Quiere verdades tangibles, no decisiones arbitrarias que juegan con el destino de los pueblos.

Uno de los puntos más fuertes de su mensaje es su llamado a la libertad de los presos de conciencia. Para ella, la conciencia debe ser libre no solo de pensamiento, sino también de acción, lo que resalta su convicción en los derechos fundamentales de expresión y disidencia.

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