En los primeros seis meses del 2025, se cometieron más crímenes en Cuba que durante todo el año 2024. Este alarmante incremento en los niveles de violencia y criminalidad ha generado preocupación tanto dentro como fuera de la Isla.

Reportes desde diferentes provincias apuntan a un auge sin precedentes en delitos como robos con violencia, asesinatos, agresiones sexuales y saqueos. Organizaciones independientes y ciudadanos han compartido en redes sociales escenas que reflejan una creciente inseguridad en calles y comunidades, mientras las autoridades oficiales han sido criticadas por su falta de transparencia y respuesta.

Expertos señalan que esta situación está relacionada con el deterioro económico, la escasez generalizada, el desempleo y la desesperanza social. La falta de oportunidades y el colapso de servicios básicos han generado un caldo de cultivo para la delincuencia.

A pesar del incremento visible en los actos delictivos, muchos ciudadanos se sienten desprotegidos. Denuncian que la policía prioriza la vigilancia política por encima de la seguridad ciudadana. Las víctimas, además, enfrentan trabas burocráticas o miedo a represalias al momento de denunciar.

En redes sociales, el clamor es uno: seguridad, justicia y transparencia. Grupos opositores y activistas han exigido al gobierno que enfrente la crisis con responsabilidad y que permita la entrada de organismos internacionales para investigar y documentar la situación.

El periodista Alexis Boentes, de Telemundo 51, reportó que esta cifra supera ya los registros oficiales del año pasado, una señal preocupante que evidencia que la crisis cubana no es solo económica, sino también social y estructural.

¿Hasta cuándo podrá sostenerse este modelo sin una reforma profunda?

La violencia es solo un síntoma. El origen está en la falta de libertad, justicia y oportunidades reales para los cubanos.

La voz del pueblo sigue rompiendo el silencio, dentro y fuera de la Isla.

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