En Cuba ‘una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero’, así decía mi abuela, y nada más cierto para la realidad del archipiélago con todos sus islotes.

Cuando la víspera, las autoridades de La Habana anunciaba los precios límites para los productos agropecuarios expendidos por el sector privado, la gente puso leer entusiasmada que una libra de tomate costaría 10 pesos, sin embargo, en la calle la vida cursa muy diferente que en los papelitos del gobierno.

Con dos simples fotos, lo ha demostrado, la internauta Luciana Suárez, quien tiene una publicación en Facebook compartida más de mil veces y en la que refiere:

“Ahora mismo, en el agro ubicado en Calzada entre 8 y 10, Vedado. Ciudad Habana. ¿Cuándo aumentaron los salarios que no me he enterado?”, dice con la imagen de la venta de tomate y pimientos a 50 y 60 pesos respectivamente.

Otra usuaria advierte el nivel de corrupción en el que están envueltos los propios funcionarios del gobierno: “Esto es una falta de respeto pero eso ningún inspector ve ese abuso, no hacen nada ya que sus mercancía va de gratis para sus casas, ahí si los ve por las mañana, los portafolios y cartera vacías y por la tarde de retirada repletos van; los dueños de los agros ya casi son millonarios, yo fui a comprar boniato a un agro y decía a 6 pesos la libra y cuando fui a pagar las dos libras me dijo que era 16, le pregunté si son dos libras es 12 y el muy descarado me dijo que no que el precio que tenía puesto era porque le avisaron que venían unos INSPECTORES quiere decir que hay una alteración de productos muy grande ahí le dejé sus boniatos, pero digo que ay de esos viejitos que ya no tienen fuerza de inventar y de luchar, es un crimen los productos de los agros que se les están vendiendo al pueblo”, Martha Peña Pérez.

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