Descarga gratis nuestra App

Cultivos transgénicos en Cuba: promesas que no germinan

Redacción de CubitaNOW ~ martes 16 de diciembre de 2025

Article feature image

En 2016, el Gobierno cubano anunció que los cultivos transgénicos serían clave para reducir el déficit alimentario. Casi una década después, los resultados son mínimos y los propios reportes del diario estatal Trabajadores evidencian los obstáculos: escasez de recursos, electricidad intermitente y falta de combustible.

Aunque Cuba se define como un “país netamente agrícola”, el país sigue importando cantidades significativas de soya y maíz para producir piensos, según el doctor Mario Estrada García, director de Investigaciones Agropecuarias del CIGB en La Habana. Cada año, se traen alrededor de 350.000 toneladas de soya y 800.000 de maíz, con un costo cercano a 500 millones de dólares.

Para revertir esta dependencia, en 2020 comenzaron los proyectos de cultivos transgénicos, prometiendo mayor rendimiento con los mismos insumos y fuerza laboral, resistentes a plagas y al clima. Sin embargo, los avances son apenas perceptibles: actualmente el CIGB produce unos 300 kilogramos de cinco variedades de soya registradas y entre 200 y 300 kilos de líneas parentales de maíz para el híbrido transgénico H-Ame15, cantidades insuficientes frente a las necesidades nacionales.

Los responsables del programa reconocen que “los recursos no existen” y que la preferencia por importar pienso persiste, aun cuando existen hectáreas disponibles para sembrar transgénicos. En Sancti Spíritus, por ejemplo, de 720 hectáreas disponibles, solo se han sembrado 382. En Artemisa, la UBPC Emilio Hernández tenía un proyecto con 400 hectáreas y 59 millones de pesos asignados, pero solo pudo sembrar 10 debido a la escasez de combustible y equipos.

La falta de recursos también afecta la producción industrial. En San Cristóbal, la fábrica de pienso Leopoldo Reyes produce apenas 34 toneladas diarias, muy lejos de su capacidad potencial de 300 toneladas, mientras la empresa vietnamita ViMariel S.A., arrendada por el Estado, produce casi siete veces más, todo con insumos importados. En Placetas, Villa Clara, la Sociedad Mercantil Porcino enfrenta dificultades similares: clima, altos costos de cosecha, escasez de combustible y falta de maquinaria han limitado el desarrollo del maíz transgénico H-Ame15.

Frente a este panorama, los productores alertan sobre la vulnerabilidad del sector. René Alemán Rodríguez, de la Cooperativa de Créditos y Servicios Juan Darias, de Yaguajay, advierte que “los productores de maíz están en peligro de extinción por falta de insumos”.

Diez años después de su impulso oficial, los cultivos transgénicos en Cuba siguen siendo un proyecto lleno de promesas, pero con muy pocos frutos visibles.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar