¡Ay, Cuba! Cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, llega este triste espectáculo diplomático en el extranjero para recordarnos nuestro lugar en el mundo... al final de la fila. ¡Literal!

Las imágenes no mienten: nuestro "presidente" (ese que nadie eligió) camina en sexta fila, casi invisible, como un extra en una película donde él mismo se creyó protagonista. Rodeado de guardaespaldas que cuidan a otro, ni siquiera se le ve cerca de los líderes principales, mucho menos en la foto oficial, donde Xi Jinping y los otros poderosos se codean entre ellos mientras el nuestro brilla... ¡por su ausencia!

Esto no puede soprender a nadie. Es el resultado de décadas de fracasos, de una política exterior basada en pedir, deber y suplicar, no en construir ni ofrecer. No somos un socio estratégico, somos el pariente pobre que nadie quiere sentar a la mesa.

Lo más irónico es que desde el discurso oficial siempre se grita: “¡No nos arrodillamos ante nadie!”. Pero cada vez que se arma una cumbre, allí está el presidente, como niño sin merienda, buscando cámara, saludo o limosna de los grandes. Ni USA, ni Rusia, ni China lo toman en serio. Somos irrelevantes.

La foto lo deja claro: no pintamos nada. No contamos. No decidimos. No nos consultan. Solo nos usan cuando necesitan a alguien que repita el discurso contra el "imperio", pero ni para eso servimos ya. Nos han dejado en el rincón de los olvidados.

Y mientras tanto, aquí dentro, el pueblo sigue aguantando apagones, colas, hambre y represión, mientras los de arriba siguen haciendo papelazos internacionales sin una gota de dignidad. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que sigan en nuestro nombre hablando por un país al que ni representan?

Las redes no perdonan y los comentarios lo reflejan: vergüenza, indignación y burla. Así es como nos ven, y así es como nos hacen ver.

Fuente: La Kinkalla TV:

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