La historia de Lázaro, un niño avileño de solo 7 años, ha movilizado a toda Cuba en un gesto de solidaridad y esperanza. Este pequeño, ingresado en el Hospital "Juan Manuel Márquez" en La Habana, enfrenta la dura batalla contra un tumor cerebral, la misma enfermedad que le arrebató la vida a su padre hace un año.

Sin embargo, frente a la adversidad, la comunidad cubana respondió con un apoyo conmovedor que desborda toda expectativa.

Todo comenzó con un llamado urgente realizado por el escritor Guillermo Rodríguez Sánchez y el periodista Alberto Arrego, quienes sensibilizaron a cientos de personas sobre la difícil situación que atraviesa Lázaro y su madre.

En pocas horas, más de 100 cubanos se unieron para donar, reuniendo la sorprendente suma de 306 mil pesos cubanos (CUP) para ayudar a cubrir los gastos del tratamiento y la estancia del niño en La Habana.

“En pocas horas, Lázaro ha pasado de ser el niño que casi nunca recibía visitas a ser el más visitado. Las muestras de cariño y apoyo no han dejado de llegar”, relató Rodríguez Sánchez en sus redes sociales.

La campaña no solo brindó ayuda económica, sino también una muestra palpable de humanidad y cercanía. La madre de Lázaro, quien enfrenta la doble carga del dolor emocional y la presión financiera, recibió ya una primera transferencia de 20 mil CUP. El resto del dinero, más de 286 mil pesos, permanece reservado para futuras necesidades médicas y personales.

“Vamos a tirar la casa por la ventana para celebrar el cumpleaños de Lázaro, que será un evento muy especial gracias a esta ola de solidaridad”, añadió el escritor, agradeciendo profundamente a todos los que contribuyeron.

En medio del sufrimiento, Lázaro ha mostrado una valentía admirable. A pesar de la enfermedad y la ausencia de su padre, su sonrisa y esperanza se mantienen intactas, contagiando a todos los que conocen su historia.

Las redes sociales se llenaron de mensajes de bendiciones y apoyo, reflejando el espíritu solidario que sigue vivo en Cuba. “Muchísimas bendiciones para ese niño”, “Que Dios lo bendiga”, fueron algunas de las palabras que inundaron las plataformas digitales.

Esta historia es un claro ejemplo de cómo la unión y el amor pueden transformar vidas, reafirmando que, a pesar de los tiempos difíciles, la solidaridad cubana sigue siendo un faro de luz y esperanza para quienes más lo necesitan.

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