Hoy se conoce el testimonio de Gabriela Zequeira Hernández, quien con solo 17 años de edad se convirtió en una de las personas más jóvenes condenadas por la justicia cubana tras las protestas del 11 de julio, en La Habana.

“Me llevaron a una celda en la que hacía mucho calor, cada vez que cogía el sueño me llamaban y abrían la puerta como si nada y me ponían el noticiero a toda hora y alto; me decían que yo era menor de edad para algunas cosas, pero no para otras, y que en ese momento yo era mayor de edad”, cuenta en una entrevista con CubaNet.

Mediado por la presión internacional y de los medios independientes cubanos, la joven fue puesta en libertad el 24 de julio: sin embargo, pasó a reclusión domiciliaria, una de las cinco medidas cautelares que autoriza la Ley de Procedimiento Penal cubana.

Gabriela Zequeira había sido condenada el pasado 22 de julio mediante un juicio sumario realizado en el Tribunal Municipal de Diez de Octubre, y al momento de su liberación Gabriela ya se encontraba en la Prisión de Mujeres de Occidente, conocida como “El Guatao”, como confirmó CubaNet.

Sobre su arresto, la joven reveló: “Ese día, el 11 de julio, los oficiales me agarraron tan fuerte para entrarme en la patrulla que me lastimaron, me trataron como si yo fuese cualquier cosa y no una menor de edad, pregunté incluso por qué estaba ahí y una oficial me dijo que era para que viera que no me podía manifestar contra la Revolución, que yo era una contrarrevolucionaria”.

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