Tres hombres, entre ellos dos ciudadanos cubanos, han sido condenados a décadas de prisión federal por participar en una violenta red de tráfico de personas y secuestros que operaba entre Cuba, el sur de Florida y Luisiana.

El 18 de septiembre, el juez federal Roy K. Altman sentenció a Osmel Benítez, de 40 años y residente en Miami, a 408 meses de cárcel, y a Víctor Manuel Pérez Cárdenas, de 39 años y residente en Tampa, a 210 meses. Posteriormente, el 25 de septiembre, Jhonny Walther Izaguirre López, de 45 años y residente de Baton Rouge, Luisiana, recibió una condena de 346 meses.

Según los documentos judiciales, en mayo de 2024, los tres conspiraron para secuestrar a inmigrantes ilegales introducidos clandestinamente desde Cuba a Estados Unidos. El 18 de mayo, Pérez Cárdenas transportó a los extranjeros por mar hasta una costa desierta en Cayo Largo, escoltándolos armado hacia una carretera cercana, donde Benítez y otros cómplices los llevaron a Miami.

En una finca de la ciudad, los inmigrantes fueron retenidos mientras los acusados extorsionaban a sus familiares. Las víctimas sufrieron golpes con palos y machetes, simulacros de ahorcamiento y amenazas de muerte, actos que fueron grabados y enviados a sus familias para coaccionarlas. Cuando cuatro de los inmigrantes no pudieron pagar, Izaguirre López los trasladó a Luisiana para trabajar en su constructora, con el fin de saldar las deudas impuestas por los secuestradores. El 20 de mayo de 2024, las autoridades interceptaron a Izaguirre López en la autopista Florida Turnpike.

Además de Benítez y Pérez Cárdenas, ciudadanos cubanos, Izaguirre López, ciudadano hondureño, se declaró culpable de varios delitos que incluyen conspiración para proporcionar trabajo forzado, uso de armas de fuego durante delitos violentos y tráfico de personas. Otros tres presuntos cómplices permanecen a la espera de juicio.

El fiscal federal del Distrito Sur de Florida, Jason A. Reding Quiñones, describió el caso como “tráfico de personas en su forma más brutal, marcado por secuestro, extorsión y tortura”, y subrayó que los responsables “no encontrarán refugio en nuestro distrito”. Por su parte, Brett Skiles, agente especial a cargo del FBI en Miami, enfatizó la gravedad de los abusos cometidos y aseguró que el caso servirá de advertencia a otros traficantes de personas.

Tras cumplir sus condenas, Benítez y Pérez Cárdenas serán deportados a Cuba, mientras que Izaguirre López será deportado a Honduras. El caso refleja la explotación y los riesgos extremos que enfrentan los inmigrantes cubanos en rutas de entrada a Estados Unidos, destacando la vulnerabilidad de quienes huyen de la isla buscando seguridad y mejores condiciones de vida.

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