Una pizza imposible: la escena que revela la nueva Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 15 de mayo de 2025

Freddy Núñez Estenoz es un reconocido dramaturgo, actor y director teatral cubano, fundador y director del grupo Teatro del Viento, con sede en la ciudad de Camagüey, Cuba. Es una de las voces más provocadoras y singulares del teatro contemporáneo cubano.
Núñez Estenoz nos acerca a una realidad diaria del pueblo cubano:
"Mientras regresaba a casa bajo el sol agobiante, opté por tomar el camino del andén en la terminal de ferromnibus. Allí, un niño lloraba tirado en el suelo:
—´Mamá, cómprame una pizza, por favor, cómprame una pizza´.
Su madre, con voz baja y ojos llenos de pena, trataba de consolarlo:
—´Mi amor, no puedo, hoy no puedo, por favor párate del suelo´.
"Lo que me conmovió no fue solo la súplica, sino la forma: ambos usaban “por favor”. No había gritos, no había rabia, solo desesperación contenida. La madre se notaba incómoda, humillada por la mirada de quienes pasábamos. Poco a poco logró que el niño se calmara y se sentaron, abrazados en su silencio. Me acerqué y le ofrecí dinero para que comprara dos pizzas. Ella lo rechazó. Insistí, y volvió a negarse, con una mezcla de orgullo y vergüenza que me dejó sin palabras.
"Mientras hablábamos, el niño seguía con la cabeza baja. Tal vez no por enojo, sino por tristeza, por sentirse responsable de exponer a su madre. Ella, apenada, me explicó que venían a la ciudad dos veces al mes para un tratamiento de ortodoncia. Todo lo que tenían lo usaban en el transporte y en el tratamiento. Comer pizza era, simplemente, un lujo inalcanzable. Volví a insistir en pagar la comida. No quiso. No me aceptó nada.
"Caminé hasta el final del andén sintiéndome mal. ´Yo también tuve padres que cada semana me traían a la ciudad por mi ortodoncia, pero en otra Cuba´.
"Esa Cuba ya no existe. Se deshizo en abandono, en simulación, en una moral fingida que hoy solo genera frustración.
"Al final del andén seguí mi camino, bordeando las vías, como suelo hacer para cortar camino. Todo está cubierto de basura. Pero esa basura física, la que se ve en la foto que acompaña este texto, es inofensiva comparada con la otra.
"La basura más dañina es la que no se ve: la basura moral, la basura política, la basura de la desesperanza. Esa que contamina todo lo que tocamos. Esa que ya no nos permite soñar.
Y lo más triste de todo es que, como si se tratara de un rezo, repetimos sin pensar:
"No conté todo esto antes. Tal vez por pudor. Pero un amigo que me conoce bien me escribió y me dijo: "Sé que no contaste todo." Y tenía razón. Cuando me alejé de la madre, busqué al vendedor de pizzas, pagué dos y le pedí que dijera que él se las regalaba. Desde lejos, vi cómo las aceptaban. El niño comió la suya. La madre guardó la otra.
"Quizás para más tarde. Quizás para el regreso. Quizás... para la cena"