Cuba experimentó en el día de ayer un nuevo apagón nacional, el tercero en menos de dos meses, lo que subraya la crisis energética que afecta al país desde hace años. La situación, que tiene repercusiones tanto económicas como sociales, parece destinada a prolongarse, ya que los expertos no ven soluciones rápidas ni sencillas para un problema estructural que requiere grandes inversiones y una transformación profunda.

La causa principal de este nuevo apagón fue una avería en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas. Esta avería dejó fuera de servicio al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lo que provocó el colapso del suministro eléctrico en todo el país. Este tipo de fallos no es aislado, ya que las frecuentes averías en las obsoletas centrales termoeléctricas y la falta de combustible para generar electricidad se han convertido en una constante.

En este año Cuba ha sufrido ya tres apagones nacionales. Los cortes prolongados afectan gravemente a la economía. El Gobierno ha admitido que no se espera un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2024 debido, en parte, a los apagones y los desastres naturales recientes, como huracanes y sismos. Además, el costo social de los apagones es significativo: interrumpen la vida diaria de los cubanos, paralizando servicios esenciales como el pago electrónico, el suministro de agua y el funcionamiento de negocios.

Las causas subyacentes de la crisis energética cubana son principalmente dos: la falta de combustible y las constantes fallas en las centrales termoeléctricas. La escasez de divisas dificulta la importación de diésel y fueloil, lo que obliga al Ministerio de Energía y Minas (Minem) a apagar muchas de las unidades de generación eléctrica. Esto incrementa la presión sobre las siete grandes centrales termoeléctricas del país. Cuando una de estas instalaciones falla, lo que ocurre con frecuencia, el sistema se desajusta y provoca apagones masivos.

El coste de reparar el sistema eléctrico es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta Cuba. Los expertos en el sector coinciden en que la inversión necesaria para sanear el SEN asciende a unos 10.000 millones de dólares. Esta cifra fue confirmada por el consultor independiente Emilio Romero, quien asegura que el monto no es exagerado. Sin embargo, el Gobierno cubano no ha anunciado un plan concreto para financiar estas reparaciones, aunque ha señalado que las reformas a largo plazo incluyen la transición hacia fuentes de energía más sostenibles, como la solar. Con el apoyo de China, Cuba ha propuesto la construcción de 100 parques solares para 2031, lo que podría aliviar parcialmente el déficit energético.

Los apagones siguen afectando a millones de cubanos, generando descontento generalizado y protestas en varias regiones del país. La ONG Justicia 11J ha registrado alrededor de 70 manifestaciones en respuesta a los apagones de 2024. El presidente Miguel Díaz-Canel ha reaccionado acusando de "vandalismo" a los que protestan, pero la presión social sigue aumentando.

La falta de energía afecta gravemente el funcionamiento del país: los semáforos dejan de operar, los cajeros automáticos no sirven, y las familias enfrentan dificultades para cocinar o acceder al agua potable. En un contexto de crisis económica generalizada, con escasez de alimentos, medicinas y combustible, estos apagones agravan aún más la difícil situación que viven los ciudadanos.

(Con información de EFE)

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