Iche Oní Changó es el nombre con el que se identifica en las redes sociales un religioso cubano que, tras sufrir un robo en su vivienda, acudió a una unidad de la policía de donde salió ‘acusado’ él.

A través del ciberespacio, este isleño explicó que le hurtaron en su vivienda algunas de sus herramientas para llevar a cabo sus trabajos, sin embargo, cuando llegó a hacer la denuncia, terminó juzgado por los oficiales.

“Hasta cuándo será la falta de respeto de este país. Hasta cuándo seguiremos aguantando como carneros por Dios. Les contaré lo que pasó ayer aquí en la bella Ciudad de Ciego de Ávila con la policía”, preguntó antes de explicar todo lo que le sucedió.

“En mi casa el día de ayer ocurrió un robo. Robo de tres calderos bien grandes. Pues nosotros somos religiosos (santeros) y utilizamos esos calderos cuando tenemos actividades religiosas. Dos calderos nuevos totalmente que nos había costado 800 pesos hacen algo de tiempo y otro caldero con los que se hace caldosa para todo un CDR. Valorado en 2500 pesos aproximadamente”, señaló.

Después de eso, lógicamente, fue a hacer la denuncia, alegando que una vecina también fue víctima de un hurto similar: 

“Al dirigirnos a la primera unidad de la provincia en la puerta de la unidad estaban dos policías. Uno de ellos con chapa 26 731, al cual le explicamos lo que había pasado. Nos manda hasta un sitio donde nos atiende otra oficial con chapa 26746 que con muy buena forma nos dice que ese tipo de robo no era con ella. Que teníamos que dirigirnos a la carpeta. Ahí comenzó la odisea”, relató.

“Nos atiende una oficial con chapa 17 286, que a nuestra llegada estaba conversando por el móvil. Y sus palabras fueron (yo sé que me estás timbrando para que me conecte, espera un momento que ahora lo hago. Estoy trabajando) la oficial nos pregunta y comenzaremos a explicar lo que pasaba. A lo que ella nos interrumpe y nos pregunta si nosotros estábamos tomando”, siguió.

Bebiendo, que si estaban bebiendo, eso quería saber la oficial que, de inmediato, puso en tela de juicio la versión del religioso a quien juzgó por presuntamente consumir bebidas alcohólicas.

“Al parecer una bebida es más importante que un robo en la casa, nosotros comenzamos a explicar que no era así. Pero que además supongamos que estábamos bebiendo, no entendemos que tiene que ver si vamos por un robo y no era ese tema el cual se estaba tocando. Ella con muy mala forma nos dice. Si. Porque quizás ustedes tenían fiesta en su casa. Y de ahí provino el robo. Y no se puede beber ni hacer fiesta en las casas”, dijo el cubano.

“Ahora yo me pregunto. No se puede beber ni dentro de las casas. ¿¿¿Para que el estado vende la bebida???”, finalizó.

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