Un fuerte testimonio de desesperación circula en redes sociales luego de que una mujer cubana, desde las calles de Centro Habana, lanzara un duro mensaje contra Miguel Díaz-Canel en medio de la crisis que atraviesa el país.

El video, difundido por el periodista Rolando Nápoles en su perfil de Facebook, muestra a la mujer gritando con indignación: “¡Abajo Díaz-Canel, es abajo Díaz-Canel! ¡No hay agua, no hay luz, no hay comida, vamos que no puedo más, y un solo palo no hace monte!”.

Sus palabras reflejan la frustración y el cansancio acumulado de un pueblo que sobrevive en condiciones extremas, marcado por la escasez de alimentos, los prolongados apagones eléctricos y la falta de acceso a servicios básicos como el agua potable.

El estallido de esta mujer no es un hecho aislado, sino un ejemplo del creciente malestar social que se vive en barrios populares de La Habana y en toda Cuba.

Vecinos de distintas zonas han denunciado constantemente las precarias condiciones de vida, donde conseguir pan, arroz o medicinas se ha convertido en una lucha diaria.

Las expresiones de inconformidad ciudadana, como la de esta habanera, se multiplican pese al control y la represión de las autoridades.

Muchos consideran que gritos como este representan el sentimiento de miles de cubanos que, aunque no siempre se atreven a manifestarlo públicamente, comparten la misma desesperanza.

La frase final de la mujer, “un solo palo no hace monte”, se interpreta como un llamado colectivo a la acción, señalando que la transformación del país no puede depender de un individuo, sino de la participación de todos los que sufren las carencias.

En un contexto donde el régimen intenta silenciar las críticas, estas voces espontáneas en la vía pública evidencian que la pobreza y la escasez ya no pueden ocultarse.

El video compartido por Rolando Nápoles es un reflejo de la dura realidad de Centro Habana, una de las zonas más deterioradas de la capital, donde el abandono, los derrumbes de viviendas y la insalubridad agravan aún más la vida de sus residentes.

El mensaje de esta cubana se convierte así en un grito de resistencia y denuncia, que resume en pocas palabras la situación límite que enfrenta el pueblo de la isla.

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