Más allá de los memes que genera el asunto, la cruda realidad es que el cubano come menos pescado cada vez aunque parezca inverosímil.

Según un fragmento de la fundamentación de la propuesta para establecer una nueva Ley de Pesca, "el consumo per cápita anual de pescado se ha reducido de un

16.0 Kg en 1989 a 4,3 Kg en 2014".

Ese dato es tan alarmante como el hecho de que en "los últimos 5 años las 54 especies que se pescaban en la plataforma se han reducido en un 44%, las capturas en un 70% y las importaciones de pescado promediaron 8 mil toneladas".

Lo más triste de la situación es que haya que pagar en CUC por una lata de pescado importado (si aparece), para que tus hijos conozcan el sabor de los mariscos.

Uno que, la economía que domina es la de sustentar el hogar, no comprende cómo un país rodeado por mar tiene que importar pescado.

Ahora se lee en los medios estatales que "el país tiene en discusión una Ley de Pesca que pretende perfeccionar el marco legal que regula esa actividad, bajo los principios de conservación, uso sostenible, enfoque preventivo".

Pero ya el cubano ha aprendido a leer entre líneas, y esta se avizora como otra medida para restringir a aquellos que se ganan la vida arando con redes el mar, 168 poblados costeros tienen una situación precaria, la actividad pesquera es el sustento principal,

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