El dólar se desploma a niveles históricos y preocupa a los mercados internacionales
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 2 de julio de 2025

El dólar estadounidense atraviesa su mayor caída desde 1973, con una depreciación de más del 10% frente a una cesta de monedas extranjeras durante los últimos seis meses. Aunque esta tendencia podría beneficiar las exportaciones de Estados Unidos, también plantea riesgos significativos para consumidores, empresas e inversores.
El descenso del dólar ocurre en un contexto de creciente incertidumbre económica, marcada por el enfoque proteccionista del presidente Donald Trump. Contrario a lo que muchos en su administración anticipaban, las políticas de aranceles y las tensiones fiscales internas han debilitado la confianza global en la economía estadounidense.
Una de las consecuencias más visibles de este fenómeno es que viajar al extranjero se ha vuelto más costoso para los ciudadanos estadounidenses. El valor del dólar más bajo significa que los gastos en euros, libras o yenes rinden menos, encareciendo hospedaje, alimentación y transporte en destinos turísticos internacionales.
Sin embargo, el impacto va mucho más allá del turismo. Las importaciones, clave para la vida cotidiana en EE.UU., también se encarecen. Desde productos tecnológicos hasta alimentos, muchos artículos dependen de proveedores extranjeros. Un dólar débil implica que estos productos cuestan más, reduciendo el poder adquisitivo del consumidor medio y aumentando el riesgo de inflación.
En teoría, un dólar débil debería beneficiar a la industria nacional al hacer más competitivos los productos estadounidenses en el extranjero. Pero los efectos no son automáticos. Ante el temor de aranceles, muchas empresas adelantaron importaciones, distorsionando los datos del comercio exterior. Además, gran parte de las inversiones en manufactura anunciadas por el gobierno aún están en fase de planificación, sin un impacto inmediato en la producción real.
Un efecto más preocupante es la disminución del interés de los inversores extranjeros por los activos financieros estadounidenses. Analistas de Bank of America advierten que se está produciendo una rotación de capitales hacia Europa y otras regiones, motivada por preocupaciones sobre las políticas comerciales, la volatilidad política y la carga fiscal para inversionistas foráneos.
Bob Elliott, director de inversiones del grupo Unlimited Funds, resumió la gravedad del panorama: “EE.UU. no solo depende de bienes importados, también necesita del capital extranjero para sostener sus mercados financieros. Un dólar débil puede alejar a esos inversores justo cuando más se los necesita”.
Aunque algunos analistas señalan que la economía estadounidense aún cuenta con fortalezas estructurales —como mercados dinámicos y políticas fiscales favorables al crecimiento—, hay señales de que estas ventajas podrían no ser suficientes si el debilitamiento del dólar continúa. La Reserva Federal, por ejemplo, podría verse obligada a bajar las tasas de interés si el crecimiento se desacelera, haciendo menos atractivos los bonos y acciones estadounidenses.
El ciclo podría volverse autodestructivo: un dólar más débil aleja la inversión, lo que deprime aún más el valor de la moneda y genera inflación por el aumento en el costo de los productos importados.
“Hasta ahora, la inflación se ha mantenido contenida, pero eso podría cambiar pronto”, advirtió Danny Dayan, exgestor de fondos de cobertura. “Sabemos que los aranceles aumentan los precios, y el debilitamiento del dólar no hará más que acelerar ese proceso”.
Pese a un repunte momentáneo del dólar tras datos positivos del empleo en junio, el consenso entre expertos es que el rumbo a mediano plazo dependerá de la capacidad del gobierno de EE.UU. para restaurar la confianza interna y externa. De no lograrse, los efectos podrían sentirse en toda la economía: desde el supermercado hasta Wall Street.
Fuente: NBC NEWS