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Cuba inaugura su primera electrosolinera en pleno colapso energético

Redacción de CubitaNOW ~ martes 18 de noviembre de 2025

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Cuba acaba de estrenar algo que, sobre el papel, parece sacado del futuro: una electrosolinera, una estación de carga solar para microbuses eléctricos. Sí, justo ahora, cuando el país vive entre apagones, crisis de combustible y un transporte público que funciona “cuando puede”. La pionera del experimento es Sancti Spíritus, y aunque la idea pinta bien, la duda es inevitable: ¿realmente Cuba puede sostener algo así?

Según el periódico oficialista Escambray, la provincia estrenó la primera electrosolinera del país como parte de un proyecto del CITMA dentro del programa de “Transición Energética del Transporte Urbano”. La meta es reducir el uso de diésel y aliviar la presión sobre un Sistema Eléctrico Nacional que hace rato no aguanta más.

La estación —inaugurada en la Empresa Militar Industrial Francisco Aguiar— puede cargar solo un microbús a la vez. Es experimental, recalcan. Otras dos están en evaluación, pero ninguna ha sido aprobada todavía.

El delegado del CITMA, Leonel Díaz Camero, explicó que estas pruebas buscan definir qué sistemas de carga podrían funcionar en un país donde el sol sobra… pero los recursos brillan por su ausencia. Y ahí está el punto débil del proyecto: casi toda la tecnología es importada. Motores, neumáticos, sistemas de tracción, componentes electrónicos… sin divisas, no hay transición energética que aguante.

El proyecto también contempla el desarrollo de aplicaciones móviles para saber por dónde van los ecomóviles en tiempo real y para gestionar la eficiencia de cada vehículo. Sancti Spíritus ya tiene 38 microbuses eléctricos distribuidos en distintas entidades estatales y espera completar 55 cuando lleguen los nuevos.

La iniciativa ha involucrado a universidades locales, donde estudiantes desarrollan software y trabajan en prototipos. Incluso ya existe un carro fúnebre eléctrico funcionando en Placetas, como parte de estas pruebas.

Pero más allá de lo innovador, el experimento deja al descubierto los límites crudos de la “transición energética” cubana: no hay financiamiento estable, la infraestructura es mínima y el país depende totalmente de cooperación extranjera. Delegaciones oficiales ya han buscado apoyo en Corea del Sur y Brasil para ampliar la producción de vehículos eléctricos y crear nuevas electrosolineras, pero aún no hay acuerdos concretos.

El plan nacional, según el gobierno, es instalar unas 40 estaciones de carga en toda la isla e impulsar vehículos eléctricos, incluidos los carros fúnebres ya en uso en La Habana —fabricados parcialmente en Cuba, aunque con componentes fundamentales importados.

La idea suena moderna, sostenible y hasta ambiciosa… pero la realidad es otra. En un país con apagones diarios, tecnología obsoleta y sin inversiones significativas, la movilidad eléctrica avanza, sí, pero al ritmo de un triciclo solar subiendo el Turquino.


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