Cuba anuncia ensayos clínicos para dengue y chikungunya mientras el sistema de salud colapsa
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 14 de noviembre de 2025
El régimen cubano intenta contener la grave crisis sanitaria que atraviesa el país anunciando el desarrollo de 21 ensayos clínicos y fármacos experimentales para enfrentar el dengue y el chikungunya, dos arbovirosis que hoy circulan de manera activa en la mayor parte de la Isla.
El director nacional de Epidemiología, Francisco Durán, aseguró en la Mesa Redonda que el país trabaja “intenso, como en la Covid-19”, en un mensaje que pretende transmitir calma, mientras los reportes ciudadanos describen hospitales saturados, falta de medicamentos básicos y un sistema de salud que no logra responder a la emergencia.
Entre los productos mencionados destacan:
Jusvinza, originalmente diseñado para pacientes graves de COVID-19, que ahora se prueba en casos subagudos y crónicos de chikungunya por sus supuestos efectos inmunomoduladores.
Ozonoterapia rectal para aliviar dolores articulares postinfección.
Cumeric, gotas nasales a base de cúrcuma que, según el MINSAP, tendrían efecto protector.
Biomodulina T y Thymalin, inmunoestimulantes usados en ancianos, aplicados ahora en una intervención sanitaria dirigida a población vulnerable, principalmente en el municipio habanero de Cotorro.
El Gobierno presenta estos estudios como evidencia de “soberanía científica”, a pesar de que las condiciones hospitalarias son críticas y los ensayos no cuentan con evaluaciones independientes ni transparencia pública.
Cuba enfrenta uno de los momentos epidemiológicos más graves en décadas.Más de 20.000 casos confirmados de chikungunya,miles de febriles diarios,y una cifra de dengue que el Gobierno evita detallar, pero que médicos y familiares reportan como desbordada y mortal.
Mientras el MINSAP insiste en una supuesta “tendencia a la disminución”, la realidad es otra:faltan sueros, analgésicos y antibióticos,no funcionan las fumigaciones,la basura se acumula en calles y solares,y cientos de ciudadanos denuncian demoras para ser atendidos en policlínicos y hospitales.
La proliferación del Aedes aegypti, acelerada tras el huracán Melissa, agrava el brote en todo el país.
El régimen intenta replicar la narrativa usada durante la pandemia de COVID-19: que la ciencia cubana podrá revertir la crisis.
Pero hoy los hospitales operan sin recursos, sin personal suficiente y en condiciones que los propios médicos describen como “insostenibles”.
Aunque los nuevos fármacos experimentales podrían aportar alivio parcial, no sustituyen:la falta de saneamiento,el deterioro del sistema de vigilancia epidemiológica,el abandono estructural de la salud pública,ni el colapso hospitalario que viven los cubanos a diario.
Mientras el Gobierno intenta vender avances científicos, la epidemia se expande entre barrios sin agua potable, comunidades sin fumigación y hospitales sin camas. La población, desorientada entre información oficial y la realidad en las calles, enfrenta sola una crisis que supera cualquier medicamento experimental.
La ciencia, en Cuba, vuelve a ser presentada como cortina: una narrativa de éxito para tapar un sistema sanitario agotado, enfermo y sin capacidad de respuesta.