Cuando la harina no es el único problema: fallas estructurales en la producción del pan cubano
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 1 de julio de 2024
La reciente sanción a trabajadores de la panadería La Aurora en la ciudad cabecera de Las Tunas ha puesto de manifiesto una vez más las profundas fallas estructurales del sistema económico cubano. Según la Dirección de la Empresa Provincial Integral de la Industria Alimentaria (EPIA), la venta de pan de muy mala calidad fue consecuencia de violaciones en el proceso productivo. Sin embargo, este incidente es solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo y arraigado.
Alberto Fonseca Rodríguez, director general de la EPIA, explicó que la harina utilizada tenía una granulometría superior a la norma establecida, lo que afectó la calidad del pan. Pero la realidad es que este tipo de problemas no se resuelve con simples sanciones a los trabajadores. La calidad del pan no depende únicamente de la harina, sino de un sistema de producción y supervisión que falla constantemente.
Fonseca Rodríguez reconoció que fallaron los mecanismos de la comisión de evaluación sensorial, encargada de verificar la calidad antes de la comercialización. En un sistema eficiente, estas comisiones deberían prevenir la distribución de productos defectuosos, pero en Cuba, las constantes deficiencias en control y supervisión son la norma, no la excepción.
Las medidas tomadas fueron descontar el 25% del salario de un mes al administrador de la unidad y amonestar públicamente a otros dos trabajadores. Además, se aplicaron amonestaciones a los especialistas de producción y comercial de la UEB de Las Tunas, así como a su director. Estas sanciones, presentadas como educativas y ejemplarizantes, no solucionan los problemas de fondo. La falta de recursos, la ineficiencia burocrática y la corrupción son factores que contribuyen a que estas situaciones se repitan una y otra vez.
El problema del pan en Cuba no es aislado. Es una manifestación más de un sistema económico que no puede satisfacer las necesidades básicas de la población. La centralización excesiva, la falta de incentivos y la escasez de materias primas son solo algunas de las causas que llevan a una producción deficiente y a productos de mala calidad. El caso de La Aurora es un reflejo de cómo el sistema económico cubano, basado en un modelo centralizado e ineficiente, continúa fallando a su pueblo.
Mientras las autoridades continúen aplicando medidas superficiales sin abordar las causas profundas de la improductividad, los problemas de calidad en la producción alimentaria y en otros sectores persistirán. La crisis del pan en Las Tunas es un claro ejemplo de que el sistema cubano necesita una reforma profunda para poder ofrecer a su población productos de calidad y garantizar una economía sostenible y eficiente. La solución no radica en sancionar a unos pocos trabajadores, sino en transformar un sistema que, desde su raíz, está condenado al fracaso.