Crisis estructural deja sin leche a más de 5,000 niños en Matanzas
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 16 de junio de 2025

Más de 5,000 niños en la provincia de Matanzas, así como un número indeterminado de pacientes oncológicos, enfrentan una grave escasez de leche debido al colapso de la industria ganadera local. Esta situación, reconocida por la propia prensa oficialista, refleja una crisis estructural de largo alcance, con efectos devastadores sobre los sectores más vulnerables de la población.
Durante un reciente encuentro con dirigentes del Partido Comunista, ganaderos matanceros expusieron las causas del desplome: escasez de combustible, cortes eléctricos, hurto de ganado, sacrificios ilegales y pésima gestión de la masa vacuna. Los criadores, además, señalaron que muchos productores privados —quienes poseen la mayoría del ganado— se resisten a aplicar la inseminación artificial, lo que frena los esfuerzos por mejorar la genética del rebaño.
Lo más alarmante es que mientras los robos aumentan y las malas prácticas se agravan, los niños reciben cada vez menos leche o deben esperar días para obtenerla. Esto no es un problema coyuntural, sino el reflejo de un sistema incapaz de garantizar lo básico.
El director comercial de la empresa Productos Lácteos de Matanzas, Reynaldo Ramírez Martínez, confirmó que el déficit supera los 6,000 litros diarios, frente a una demanda de al menos 38,000 litros. Actualmente, los niños entre 1 y 2 años reciben 917 mililitros diarios, pero los de 3 a 6 años apenas reciben la misma cantidad en días alternos. La distribución, además, se realiza sin refrigeración, lo que obliga a entregar el producto el mismo día de su procesamiento, incluso hasta altas horas de la noche.
Estamos hablando de un colapso funcional donde las decisiones se toman con improvisación, sin resolver las raíces del problema. La leche, vital para la infancia, se ha convertido en un producto esporádico, administrado con racionamiento de emergencia.
Las autoridades proponen medidas como la introducción de plantas forrajeras, el rescate de vaquerías y la limpieza de tierras invadidas por el marabú. Sin embargo, estas soluciones a largo plazo no resuelven el drama inmediato que enfrentan miles de familias. La industria ganadera en Cuba atraviesa un colapso prolongado, marcado por la ineficiencia, la corrupción y la falta de incentivos productivos.
Mientras tanto, los más pequeños sufren las consecuencias de una política que ha fallado en su deber elemental: alimentar a su población.