La crisis del transporte público en Matanzas ha alcanzado un nivel tal que numerosas empresas y entidades estatales se han visto obligadas a modificar sus horarios laborales para adaptarse a la realidad cotidiana de sus trabajadores. La imposibilidad de llegar puntualmente a los centros de trabajo ha generado un reajuste informal de las jornadas, donde muchos empleados comienzan a las nueve de la mañana y concluyen antes de lo previsto para asegurar el regreso a casa.

El diario provincial Girón abordó la situación en un texto titulado “Trabajar, en la medida de nuestras posibilidades”, donde reconoce que la escasez de transporte “justifica que lleguemos tarde o salgamos antes”, una señal clara del deterioro de la disciplina laboral. La crisis, alimentada por la falta de combustible y la paralización de ómnibus estatales, impacta directamente en la productividad y la calidad de los servicios: tareas previstas para un día se posponen para el siguiente o incluso para la semana siguiente.

A la escasez de transporte se suman otros factores que agravan el panorama: apagones frecuentes, falta de agua, enfermedades, piezas de repuesto que no llegan y una economía en caída libre. Girón subraya que los directivos también padecen las mismas carencias —cortes eléctricos, salarios insuficientes y dificultades de movilidad— lo que genera un clima de comprensión generalizada que acaba por traducirse en resignación.

La consecuencia es un deterioro constante de los servicios públicos y el incumplimiento de planes de trabajo. En palabras del periódico, el país ha entrado en un ciclo donde “todos hacen lo que pueden, no lo que deben”, con un sistema improductivo que afecta tanto a trabajadores como a usuarios.

Analistas consultados coinciden en que la situación revela la falta de gestión gubernamental y la ausencia de soluciones estructurales para enfrentar una crisis que se repite en todo el país. La escasez de combustible, el mal estado del parque automotor y la falta de planificación agravan un problema que el Gobierno no ha logrado revertir, dejando a millones de cubanos sin alternativas viables.

Aunque el comentario de Girón culmina con un llamado a “innovar y buscar maneras de adaptarse”, reconoce que la motivación y la disciplina laboral continúan desgastándose frente a las duras condiciones de vida que enfrentan los matanceros y el resto del país.

Recomendado para ti