El ciudadano mexicano identificado como Edgar “N” fue condenado a 10 años de prisión por haber trasladado ilegalmente a 14 migrantes cubanos y 10 hindúes. El detenido se benefició de un juicio abreviado, figura legal que le permitió reducir considerablemente su condena y evitar el pago completo de una multa cercana a los 78.000 dólares.

Según confirmó un funcionario de la Fiscalía General del Estado de Puebla, el coyote recibió una sanción de 648.375 pesos mexicanos, equivalentes a poco más de 33.000 dólares, y logró evitar una sentencia original de 18 años.

Las pruebas presentadas indican que Edgar “N” contactó previamente a los migrantes a través de mensajes. Acordaron un pago de 2.500 dólares por persona para trasladarlos en una camioneta. Durante el recorrido, la Guardia Nacional interceptó el vehículo en el kilómetro 112 de la carretera México-Puebla, a la altura de Coronango. En un primer intento por evadir la responsabilidad, Edgar alegó que los migrantes eran turistas que serían recibidos en la Ciudad de México. Sin embargo, al carecer de documentos, los migrantes no pudieron sostener esa versión, y el conductor terminó confesando la naturaleza real del traslado.

Uno de los elementos clave en la investigación fue el testimonio parcial de una migrante cubana, quien en un inicio mostró una fotografía del depósito que realizó a través de Western Union como prueba del acuerdo con el coyote. No obstante, la mujer se retractó posteriormente, lo cual debilitó la acusación y facilitó la negociación del juicio abreviado.

“Toda la historia cambió cuando pidió un abogado”, relató el funcionario, que también lamentó que este tipo de delitos puedan considerarse menores debido a vacíos en la legislación mexicana.

El Instituto Nacional de Migración recibió a los migrantes y los trasladó a una estancia ubicada en el estado de Puebla, que históricamente ha sido un punto de paso habitual para quienes intentan cruzar México rumbo a Estados Unidos.

“El estado es un punto de paso obligado para los migrantes, pero el flujo ha disminuido considerablemente”, indicaron fuentes locales. En años anteriores, albergues como los de las parroquias “La Asunción” y “San Juan de los Lagos” solían hospedar grandes cantidades de personas que se detenían temporalmente antes de seguir su ruta.

“Se redujo el traslado de migrantes ocultos en camiones y camionetas, llegó un momento en que para evitar la revisión, se usaron motos”, comentó la misma fuente, reflejando la evolución de las estrategias de los coyotes ante el endurecimiento de los controles. El caso de Edgar “N” pone de relieve tanto la persistencia del tráfico de personas como las grietas legales que dificultan sanciones más severas.

De 14 y medio

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