El gobierno socialista de Pedro Sánchez enfrenta una nueva ola de cuestionamientos por presunta corrupción, tras las explosivas declaraciones del empresario Víctor de Aldama ante la Audiencia Nacional. Aldama, involucrado en el conocido Caso Koldo, ha señalado directamente a figuras clave del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y ha puesto bajo el foco al círculo más cercano del presidente español.

Uno de los aspectos más controvertidos de su testimonio gira en torno al polémico viaje de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, a Madrid en enero de 2020. Según Aldama, el Gobierno español estaba al tanto de las sanciones de la Unión Europea que prohibían a Rodríguez ingresar al espacio Schengen, pero, pese a ello, se planificó su llegada. Incluso mencionó que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, habría creado una "zona de seguridad" en el aeropuerto para facilitar su paso.

Además, Aldama afirmó que Sánchez y cuatro de sus ministros tenían prevista una cena con Rodríguez, aunque finalmente esta no se concretó debido a la restricción de entrada de la funcionaria venezolana. Este dato ha generado fuertes críticas de la oposición, especialmente del Partido Popular (PP) y Vox, que ahora exigen responsabilidades políticas.

El empresario también aseguró haber sostenido reuniones con ministros y con la esposa del presidente, Begoña Gómez, lo que complica aún más la posición del Gobierno. Fotografías en las que aparece junto a Sánchez durante la campaña electoral de 2019 han avivado las especulaciones sobre el grado de cercanía entre ambos.

Ante estas revelaciones, la líder de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusó a Sánchez de “maniobrar desde dentro para atacar a jueces, fiscales y policías” que investigan casos de corrupción relacionados con su gestión.

El Partido Popular ha exigido la dimisión inmediata del gobierno, mientras que Vox pedirá formalmente la imputación de Pedro Sánchez por su presunta implicación en el escándalo.

Estos hechos agravan la percepción de opacidad y mala gestión en el actual Ejecutivo, en un momento en que el PSOE enfrenta una caída de credibilidad entre la ciudadanía. Con la oposición cada vez más activa y el escándalo ganando terreno mediático, el gobierno de Sánchez se encuentra en el centro de una tormenta política que podría tener serias repercusiones en el panorama político español.

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