Un nuevo episodio relacionado con el tráfico de drogas salió a la luz en Cuba, esta vez en la Autopista Nacional a la salida de Pinar del Río, donde un control policial rutinario terminó con un hallazgo inesperado.

Según reportó el internauta Osvaldo de Jesús Figueroa Pérez desde su perfil de Facebook, agentes de la PNR detuvieron varios vehículos de transporte de pasajeros y emplearon la técnica canina, un recurso que en los últimos meses se ha vuelto más común ante el aumento de delitos vinculados a sustancias ilícitas.

El perro entrenado marcó positivo a droga frente a uno de los pasajeros, generando una revisión exhaustiva que, según testigos, confirmó la presencia de algún tipo de sustancia prohibida. Aunque no trascienden detalles oficiales ni tipo ni cantidad el hecho ha sido suficiente para levantar nuevas alarmas sobre el crecimiento silencioso del microtráfico dentro del país.

En su publicación, Figueroa Pérez reflexiona sobre una realidad que muchos cubanos conocen de primera mano: “El amor al dinero fácil hace que algunos lo pierdan todo: la libertad, el decoro e incluso la vida”. Sus palabras resonaron entre los internautas, que llevan meses denunciando un aumento visible de casos de venta, consumo y traslado de droga dentro de comunidades que antes apenas mencionaban este fenómeno.

El operativo ocurrió en plena luz del día, en una de las rutas más transitadas del occidente del país.

Pasajeros que presenciaron el momento aseguran que el trabajo del perro entrenado fue crucial para detectar lo que, a simple vista, hubiese pasado por alto.

La intervención fue rápida, pero deja en evidencia una preocupación creciente: el tráfico de droga, antes considerado un problema marginal, comienza a aparecer con más frecuencia en los reportes ciudadanos.

Sin datos oficiales que permitan medir el alcance real del fenómeno, muchos señalan que la crisis económica y el deterioro social están empujando a algunos cubanos a involucrarse en actividades ilícitas.

Ante ese contexto, los operativos con técnica canina se han convertido en uno de los pocos mecanismos efectivos para frenar el traslado de sustancias entre provincias.

Aunque las autoridades no han revelado información adicional, el caso compartido por Osvaldo de Jesús Figueroa Pérez confirma lo que la población viene advirtiendo: Cuba enfrenta una situación que ya no puede ocultarse ni minimizarse. La droga, antes un tabú, está tocando las puertas de la vida cotidiana.

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