El hostigamiento contra la madre cubana Yanaisy Curbelo y sus hijos no cesa. Ahora, bajo el pretexto del aumento de la violencia callejera, agentes de la Seguridad del Estado y miembros de la Policía Nacional continúan acosando a esta familia, en lo que parece formar parte de una estrategia más amplia de represión y desestabilización social.

Así lo denunciaron en redes sociales la activista Anamely Ramos González y la profesora y opositora Jenny Pantoja.

"La violencia callejera es permitida y hasta impulsada por los más violentos de todos, los mismos policías y, sobre todo, los agentes de la inseguridad del Estado", escribió Ramos en su perfil de Facebook.

A su juicio, hay una lógica perversa detrás de este caos: “mejor que los cubanos se ataquen y maten entre ellos, a que se viren contra el verdadero causante de la miseria y la desesperanza”.

Por su parte, Jenny Pantoja manifestó su apoyo a Yanaisy Curbelo, a quien calificó como una madre que defiende a sus hijos de la “Policía Nacional Represora”. Denunció que en Cuba se ha normalizado un patrón represivo donde se intenta incriminar a quienes disienten del régimen mediante la criminalización de su imagen: “tratar de inculpar tras una vestimenta delincuencial a quienes se opinen o manifiestan disentir del gobierno”.

Pantoja alertó sobre la escalada de violencia social en las calles cubanas, y el papel pasivo —cuando no cómplice— de las autoridades: “cuando ocurren estos eventos no aparece un policía, no hay patrulleros, ni ninguna autoridad que intervenga”. Añadió que la policía misma atraviesa una crisis interna, con menos efectivos y mayor descontento entre la población, lo cual sería parte de una estrategia estatal para permitir que el caos se profundice entre la ciudadanía.

Ambas voces coinciden en un diagnóstico claro: la violencia creciente y el abandono institucional son síntomas de un sistema que ya no ofrece soluciones a la crisis. “Hasta que no entendamos que hay que cambiar el sistema, que la solución no está ya en este sistema, no saldremos de esta eterna crisis”, concluyó Pantoja.

Mientras tanto, Yanaisy Curbelo resiste. Su testimonio revela no solo el sufrimiento de una madre acosada por las fuerzas del orden, sino también el de una nación atrapada entre la represión oficial y el desgarramiento social.

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