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Robo de agua en Pinar del Río: Ni el agua se salva del saqueo en un país donde todo se roba

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 31 de marzo de 2025

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El robo de agua en Cuba se ha convertido en una muestra más del caos que impera en el país. En Pinar del Río, las autoridades han detectado múltiples casos de desvío ilegal de este recurso, no solo para el consumo particular, sino para el riego de cultivos, lo que agrava aún más la ya precaria situación del abasto de agua en la provincia, según informa el periódico oficialista Granma.

Los reportes oficiales reconocen que las irregularidades se concentran en las principales conductoras que abastecen a la ciudad de Pinar del Río y a municipios como Consolación del Sur y Viñales. En este último, se descubrió que un productor agrícola desviaba agua destinada al hotel Los Jazmines y a la comunidad aledaña para regar sus cultivos, lo que demuestra que, en Cuba, ni siquiera un servicio esencial como el agua potable está a salvo del hurto y la corrupción.

Los denominados "pinchazos" en las tuberías de distribución son una práctica extendida. En muchos casos, estos desvíos ilegales respaldan labores agrícolas que, en teoría, deberían sostenerse con sistemas de riego independientes. Sin embargo, la precariedad de la infraestructura y la falta de controles han convertido el robo de agua en una solución frecuente para campesinos y productores, que ven en la ilegalidad la única forma de sobrevivir en un sistema que les niega alternativas viables.

En noviembre, las inspecciones detectaron dos zonas del sistema hidráulico Kilo 5 donde el agua estaba siendo desviada para regar frijoles, plátanos y frutales. Apenas dos meses después, en enero, se descubrieron nuevas conexiones clandestinas. Los infractores utilizan métodos cada vez más sofisticados para sustraer el agua: perforan las tuberías subterráneas o manipulan las válvulas de liberación de aire para canalizar el líquido a través de zanjas hasta sus plantaciones.

Las autoridades argumentan que a pesar de los esfuerzos de los inspectores estatales, las sanciones impuestas no son suficientes para frenar el fenómeno. El monto de las multas es tan bajo que no representa un verdadero disuasivo, por lo que la historia se repite una y otra vez. 

La crisis del agua en Cuba no es solo un problema de infraestructura, sino una prueba del desgobierno y la falta de planificación. El robo de agua es una consecuencia de una administración ineficaz que no ha sido capaz de garantizar un acceso estable al recurso más básico para la vida.

Mientras los ciudadanos sufren interminables cortes en el suministro de agua y deben depender de camiones cisterna o almacenarla en condiciones insalubres, algunos se aprovechan de la falta de control para desviar el líquido hacia sus propios intereses.

El hecho de que hasta el agua sea objeto de hurto es un reflejo de la degradación total del orden en Cuba. Se roban alimentos en los mercados, materiales de construcción en las obras estatales, combustible en las gasolineras y ahora también el agua que debería llegar a los hogares. Este nivel de descomposición social es una señal de un país que ha perdido toda capacidad de regularse y en el que la sobrevivencia individual se impone sobre cualquier principio de legalidad o equidad.




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