Un vuelo comercial de United Airlines con destino a Edmonton, Canadá, vivió momentos de tensión el pasado domingo 13 de abril, luego de que una inesperada falla en uno de sus motores obligara a un aterrizaje de emergencia poco después del despegue desde el Aeropuerto Internacional de Denver.

La aeronave, un Boeing 737-800 con 153 pasajeros y 6 tripulantes a bordo, había iniciado su ascenso a las 18:40 (hora local), cuando un fuerte impacto contra el motor derecho generó una serie de explosiones, vibraciones y fuego visible desde tierra. Según confirmaron las autoridades y la propia aerolínea, la causa fue una colisión con un pequeño animal que se encontraba en la pista de despegue. Aunque en un inicio no se precisó qué especie fue, posteriormente se identificó como un conejo.

El incidente fue captado en video por testigos en tierra y algunos pasajeros, quienes reportaron haber visto chispas salir del motor y un sonido intermitente, lo que generó pánico entre los ocupantes del avión. “Hubo un momento en que pensamos que todo se iba a salir de control”, declaró uno de los pasajeros al llegar de vuelta a tierra.

Los pilotos, tras reportar el incidente a la torre de control, decidieron mantener la nave en el aire durante aproximadamente 75 minutos, en un intento por evaluar el estado del motor y consumir combustible antes de proceder al aterrizaje. Según registros de LiveATC, en un principio se pensó que el animal pudo haber afectado el tren de aterrizaje, lo que complicó la toma de decisiones.

Finalmente, a las 20:05 horas, el vuelo UA2325 logró regresar de forma segura al aeropuerto de origen. Equipos de emergencia y bomberos acudieron de inmediato a la pista para asistir a los pasajeros y revisar el estado del avión.

Afortunadamente, no se reportaron heridos. United Airlines confirmó que los pasajeros fueron trasladados a otra aeronave, que completó el viaje a Canadá con pocas horas de retraso.

Este tipo de incidentes, aunque poco comunes, evidencian la necesidad de mantener estrictos controles de seguridad en las áreas operativas de los aeropuertos. La Administración Federal de Aviación (FAA) ha iniciado una investigación para determinar cómo el animal logró acceder a una zona tan crítica como la pista de despegue y si se cumplieron todos los protocolos de inspección previos al vuelo.

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