La evacuación masiva por tren desde la provincia de Granma se vio seriamente afectada el pasado viernes, cuando la locomotora 52554, que transportaba a más de 2.600 habitantes de Río Cauto hacia Las Tunas, sufrió desperfectos técnicos en plena emergencia por las inundaciones provocadas por el huracán Melissa.

El tren formaba parte de un plan de contingencia para trasladar a los afectados por las crecidas del río Cauto y las lluvias persistentes. Sin embargo, los problemas en la vía férrea y la subida del caudal complicaron el recorrido. Aun así, trabajadores ferroviarios y autoridades locales mantuvieron la operación bajo condiciones extremas.

El convoy había llegado a Guamo a las 4:15 p.m., donde los evacuados abordaron con la esperanza de llegar a zonas seguras. Pero, en el trayecto de regreso, la vía quedó parcialmente inundada y, a menos de un kilómetro del punto de partida, la fuerza del agua socavó el terreno, provocando que los cuatro primeros coches se desengancharan del resto del tren.

Pese a los rumores en redes sociales que hablaban de un descarrilamiento, las autoridades aclararon que no hubo tal incidente y que ninguno de los pasajeros resultó lesionado. Los vagones desprendidos quedaron atrapados en una zona inundada, con el agua alcanzando el nivel de los carriles.

Ante el riesgo, la tripulación coordinó con el Centro de Operaciones Ferroviarias la reubicación de pasajeros hacia los coches más cercanos a la locomotora. Luego, el tren logró reanudar el trayecto hasta Jobabo, aunque algunos evacuados quedaron temporalmente varados en los vagones inundados.

Una vez en Jobabo, las autoridades desplegaron 20 ómnibus para trasladar a los pasajeros hacia el municipio de Colombia, donde recibieron alimentos, atención médica y alojamiento provisional. El delegado de Transporte en Las Tunas, Reinaldo Reyes, supervisó el proceso de traslado y rescate.

En paralelo, tres coches motores regresaron desde Jobabo hacia Guamo para rescatar a las personas que habían quedado atrás. La situación allí era crítica: el agua llegaba hasta la escalerilla del tren, y fue necesario el apoyo de chalupas particulares para evacuar a unas 80 personas, entre ellas mujeres, niños y ancianos, hacia zonas seguras.

El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, agradeció el esfuerzo conjunto de ferroviarios, autoridades locales y voluntarios, destacando la solidaridad mostrada en medio de la emergencia.

Originalmente, el tren debía dirigirse a Bayamo, pero los graves daños en la vía férrea obligaron a cambiar el destino hacia Las Tunas. La decisión evitó un mayor riesgo, aunque la travesía resultó compleja.

La situación en Río Cauto continúa siendo crítica: el río sigue desbordado y amenaza a poblaciones cercanas, mientras las lluvias mantienen altos niveles de agua en zonas de llanura y montaña. Las autoridades locales trabajan para contener los daños, que incluyen viviendas inundadas, carreteras cortadas y daños en presas y sistemas de drenaje.

A pesar de las dificultades, la evacuación fue considerada un éxito humanitario, demostrando la resistencia y solidaridad de una población que enfrenta, una vez más, las consecuencias devastadoras de un huracán.

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