Colapso silencioso en el policlínico 'Tomás Romay': sin gel para ultrasonidos ni esperanza para los pacientes
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 16 de julio de 2025

Una enorme cola de personas enfermas y sin esperanzas marca desde temprano la jornada en el policlínico "Tomás Romay" en Artemisa. La mayoría de estas personas están allí para un mismo procedimiento: hacerse un ultrasonido.
Pero hoy, como tantos otros días, falta algo imprescindible para poder realizarlo. Esta vez solo una embarazada será la beneficiaria.

Como dice una internauta que compartía la agonía, Oryalis Miraval, la razón es tan simple como alarmante: ¡no hay gel!. Un insumo básico, elemental para cualquier ecografía, brilla por su ausencia. No es la primera vez que ocurre, y nadie puede asegurar cuándo volverá a estar disponible.
Lo que sucede en el "Romay" es apenas un fragmento del deterioro generalizado que enfrenta el sistema de salud en Artemisa. "Sin gel para ultrasonidos, sin especialistas, sin equipos, sin electricidad: el sistema se sostiene sobre la espalda de médicos agotados y pacientes resignados". Las colas se alargan, los turnos se cancelan, los diagnósticos se aplazan y la atención —cuando existe— depende del ingenio y la entrega personal de los profesionales, no de una estructura funcional.
El "Romay", como otros hospitales y policlínicos de la provincia, sufre filtraciones, salones cerrados por reparaciones eternas y un ausentismo sistemático de médicos en especialidades como otorrinolaringología, reumatología, oftalmología o cirugía.
Hay turnos que se otorgan sin fecha cierta para ser atendidos y otros que se suspenden por causas tan absurdas como recurrentes: no hay electricidad o simplemente falta una jeringuilla.
En San Cristóbal y Bahía Honda, la situación no es mejor. Algunos municipios reciben una visita mensual de especialistas que deben trasladarse desde otras zonas, dependiendo de si hay transporte disponible. En Caimito y Bauta no hay residentes, ni tampoco formación médica local que garantice un relevo.
La salud primaria está colapsando en los puntos más vulnerables, donde ni siquiera la reorganización prometida parece posible.
La realidad se agrava con un dato que lo explica casi todo: más de 13,000 médicos abandonaron el sistema nacional en solo un año. Algunos escaparon del país, otros simplemente se negaron a continuar bajo condiciones cada vez más precarias. A esto se suma la constante exportación de personal médico a misiones en el exterior, con un gobierno que prioriza el ingreso en divisas por encima del bienestar de su población.
Hoy, en el "Tomás Romay", el sistema dice presente solo para una embarazada. El resto se irá a casa con el mismo dolor, la misma preocupación y sin diagnóstico. Es un reflejo dramático de lo que ocurre en toda Artemisa que se multiplica en toda la Isla, donde cada consulta médica depende de un milagro, cada examen es un acto de fe y cada tratamiento, una excepción. La reorganización no basta. El colapso ya es visible, y los pacientes lo están sintiendo todos los días, en cada cola, en cada ausencia, en cada silencio médico.