Clínica dental de Esperanza, el abandono de un edificio histórico en Villa Clara
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 12 de noviembre de 2025
El estado actual de la Clínica dental de Esperanza evidencia un problema creciente en Cuba: la falta de mantenimiento y conservación de edificios históricos y de valor arquitectónico.
Tal como reporta el periodista Alexis Boentes, “así está el techo de la Clínica dental de Esperanza, Villa Clara. Fue la sede de la alcaldía, policía y, después del 59, policlínico. De edificio de arquitectura moderna para su época y pisos brillantes, a un sitio en abandono”.
Esta construcción, que en su momento representó un ejemplo de modernidad y funcionalidad, hoy se encuentra deteriorada y sin las condiciones mínimas para el uso adecuado de servicios médicos.
El caso de esta clínica no es aislado: en todo el país, edificios históricos y de valor social han sido dejados a la intemperie, perdiendo no solo su funcionalidad, sino también su valor patrimonial y cultural.
Durante décadas, numerosos inmuebles que fueron sede de instituciones gubernamentales, culturales o de salud han sufrido daños por falta de inversión en mantenimiento, filtraciones, humedad y abandono estructural.
La transformación de la Clínica dental de Esperanza ilustra cómo un espacio que fue referente arquitectónico y centro de servicios esenciales puede convertirse en un sitio olvidado.
Boentes señala que este edificio pasó por distintas funciones a lo largo de su historia: “Fue la sede de la alcaldía, policía y, después del 59, policlínico”, pero con el tiempo se ha visto afectado por la desidia en la conservación.
Los pisos brillantes que alguna vez marcaron la modernidad de la obra hoy son un reflejo de lo que se ha perdido: un espacio deteriorado, donde las filtraciones y el mal estado de la infraestructura predominan.
El caso de la Clínica dental de Esperanza es un recordatorio del impacto que tiene la falta de planificación y mantenimiento en el patrimonio arquitectónico cubano.
Más allá de la estética, la seguridad de los usuarios y la funcionalidad de estos espacios se ven comprometidas, afectando directamente la vida de la comunidad.
La situación plantea preguntas sobre la gestión de los recursos y la preservación de la memoria histórica del país. Mientras tanto, edificios que podrían ser símbolo de identidad local y orgullo arquitectónico se pierden lentamente, dejando a generaciones futuras sin acceso a parte de su patrimonio.