La historia de Anna Sofía Benítez Silvente se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en Cuba. La joven de 20 años, graduada como Técnico Superior en Prótesis Estomatológica, comenzó a recibir represalias directas por sus denuncias sobre la falta de servicios básicos y las limitaciones que enfrentan los cubanos a diario. Su caso pone en evidencia cómo el régimen intenta silenciar a quienes se atreven a cuestionar la realidad del país.

Según relató en sus redes sociales, el 16 de octubre comenzó a experimentar problemas con su conexión a Internet. No podía recibir llamadas, mensajes ni navegar por la red. Tras verificar que su dispositivo no presentaba fallas, acudió a una oficina de ETECSA en busca de respuestas. Allí le exigieron entregar su teléfono para poder revisar la situación, algo que Benítez rechazó de inmediato, considerando la petición como una forma de intimidación para amedrentarla y limitar su alcance en redes sociales.

A pesar de las restricciones, la joven se mantiene firme en su postura. “No me retracto de nada de lo que he dicho. Sigo firme en lo que pienso” publicó en Facebook, demostrando que la censura no ha logrado silenciar su voz. Sus videos se hicieron virales, desmontando el discurso oficial que asegura que “el título universitario se lo debes a la Revolución”. Benítez recordó los sacrificios de su familia y los gastos que ella misma enfrentó para estudiar, criticando la narrativa de gratitud impuesta por el Estado.

El testimonio de Anna Sofía también denuncia la grave situación laboral en la Isla: los bajos salarios, la escasez de empleos bien remunerados y la ineficiencia administrativa que le ha impedido ejercer su profesión. Además, señala la crisis energética que golpea a los hogares cubanos, donde los apagones prolongados se han convertido en una rutina que afecta incluso el descanso necesario para seguir adelante.

Tras la viralización de sus denuncias, fue citada por las autoridades de la Facultad de Estomatología, curiosamente después de reclamar públicamente la entrega de su título universitario, retrasado por errores administrativos durante tres meses. Finalmente, recibió su título, pero su lucha no termina ahí.

Anna Sofía Benítez es un ejemplo de resistencia y valentía. Mientras algunos buscan silenciarla, ella sigue firme, defendiendo el derecho de los cubanos a expresarse, exigir mejoras y luchar por un país donde estudiar y trabajar tenga un verdadero valor. Su historia refleja la voz de toda una generación que se niega a callar.

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