La noticia ha sacudido las redes: una doctora cubana decidió desertar de la misión médica en el extranjero, dejando atrás las cadenas de la explotación y el control del régimen. “Esto es un show. Lo triste es que los protagonistas somos el pueblo”, escribió Lara Crofs, reflejando el sentir de muchos.

Según José Luis Tan, fue la jefa de la misión médica cubana en Guyana la que desertó y se trasladó a Brasil. De acuerdo con la información recibida, tras su salida, las autoridades cubanas habrían culpado a la funcionaria del descalabro de la misión y planeaban trasladarla sancionada a Cuba en los próximos días

Usuarios no tardaron en reaccionar. Guelmi Abdul comentó: “Se les peló y dejó en la uña. Muy bien por ella. En México han desertado unos cuantos y yo feliz, que pudieron despertar y reaccionar a tiempo. El comunismo ese no les va a resolver ni a ellos, ni a sus familias”.

Incluso en El Salvador, Bukele acepta a todos los médicos cubanos que busquen trabajo en la salud, pagando mejores salarios que Brasil, evidenciando que las oportunidades existen fuera del sistema cubano.

Lucio Enriquez Nodarse recordó a otros profesionales cercanos al caso, mientras Maria del Carmen señaló que “todos hablan de la explotación que sufren los médicos en estas misiones y pasan por alto a los maestros que están siendo explotados de igual manera”.

Para muchos, la deserción no es un acto de traición, sino de justicia personal. Leopoldo Manso Broce escribió, “No ‘desertó’, no le hagan juego al régimen. Solo no quiso seguir siendo explotada”.

Otros comentarios reflejan la indignación y el hartazgo con el sistema: Mayrelis Basulto Garcia señaló que mientras más comunistas se ven, más aprovechados e hipócritas son. Lina Delfin añadió: “Y así uno a uno... de fieles defensores del régimen, a desertores ”.

Antonio Calatayud comparó la situación con “una versión nueva y caribeña de Los Últimos Días de Pompeya”, señalando que la tiranía está podrida y cerca de derrumbarse.

Historias como la de Kenia Garcia muestran la realidad detrás de las misiones: su amiga doctora en Venezuela tuvo que desertar también porque no debía pagar “los platos rotos de los demás”. Otros simplemente celebran la valentía: Estrella Dominguez y Mirian Acosta aplauden la decisión; Einsten Van Gough y Papo Cañizares la describen como un acto de audacia, “se la dejó en las uñas”.

La deserción de esta doctora no solo pone en evidencia la explotación de los médicos cubanos, sino que también inspira un llamado: más profesionales están empezando a decir “basta”. Entre críticas, aplausos y reflexiones, queda claro que las viejas estructuras del régimen pierden apoyo incluso dentro de sus filas más leales.

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