En Cuba, la regulación de las luces de los vehículos ha dado mucho de qué hablar últimamente. Un ciudadano que circulaba por el Morro y llegó al punto de control del túnel fue sorprendido por una multa debido a las luces de "bota agua", un accesorio común en las tiendas automotrices del país.

Sin embargo, lo que resulta incomprensible para muchos es el hecho de que estos productos se venden en lugares establecidos, pero no se permiten en los vehículos, lo que deja una sensación de frustración entre los conductores.

Este tipo de luces, que son muy populares en el mercado local, se comercializan en tiendas como CUPET y en otros puntos de venta de productos automotores en Cuba. A pesar de esto, las autoridades parecen tener una postura contraria, multando a quienes las instalan en sus vehículos. Esta contradicción ha generado un sentimiento de injusticia entre los ciudadanos que se sienten atrapados en un ciclo donde la compra de estos accesorios parece ser una trampa: los venden, pero luego penalizan a quienes los usan.

El caso que se expone en redes sociales resalta una experiencia común de abuso de autoridad. El conductor, al intentar grabar la situación para dejar constancia de lo ocurrido, fue insultado por el policía de tránsito, quien lo calificó de "payaso" y le advirtió de manera hostil.

Este tipo de situaciones, en las que el ciudadano intenta ejercer su derecho de filmar a los agentes de la ley para protegerse de posibles abusos, demuestra una creciente tensión entre la autoridad y la población.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿Es lógico que se vendan productos que luego se prohíben? ¿Hasta qué punto se deben flexibilizar las regulaciones para evitar que los ciudadanos se sientan acosados por las autoridades, especialmente cuando no hay una explicación clara o coherente sobre estas decisiones?

Las críticas a las autoridades y las denuncias de abuso de poder son cada vez más frecuentes en Cuba. La población exige transparencia y claridad sobre las normativas y se pregunta hasta cuándo seguirán siendo víctimas de medidas que parecen no tener un fundamento lógico, y que más bien parecen estar diseñadas para generar multas y controlar a los ciudadanos.

Perfil: Nataniel González

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