José Daniel Ferrer deja la presidencia del CTDC y la plataforma opositora anuncia nueva directiva
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 26 de diciembre de 2025
El activista cubano José Daniel Ferrer comunicó su salida de la presidencia del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), una de las principales plataformas unitarias de la oposición dentro y fuera de la Isla. En declaraciones a la agencia EFE, Ferrer confirmó que solicitó la convocatoria de nuevas elecciones internas y renunció a sus responsabilidades dentro del consejo. “Seguimos siendo hermanos y apoyo las acciones del consejo”, afirmó.
Según explicó, la decisión busca evitar que sus actuales iniciativas políticas y humanitarias interfieran con el perfil de trabajo del CTDC, centrado sobre todo en propuestas legales e institucionales para una futura democracia en Cuba.
Por su parte, el CTDC informó en un comunicado que la nueva directiva, elegida en un proceso celebrado entre el 11 y el 15 de diciembre, asumirá oficialmente el 10 de enero de 2026. La presidencia será ocupada por el opositor Manuel Cuesta Morúa, acompañado por cuatro vicepresidentes radicados en Cuba —Osvaldo Navarro, Juan Alberto de la Nuez, Marthadela Tamayo y Félix Navarro (este último en prisión)—, además de dos vicepresidentas en el exterior: Elena Larrinaga e Iris Ruiz.
En su nota, la organización reiteró su línea de trabajo: “Seguiremos trabajando por el respeto a los derechos humanos, la restauración de la soberanía popular y la democratización de Cuba”. También aseguró que en la votación participó el 63% del padrón electoral, integrado por 46 organizaciones y activistas independientes, pese a las “condiciones difíciles” en que se desarrolló el proceso.
Ferrer, de 54 años y líder de la UNPACU, ha sido considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional en el pasado y, tras su llegada a Miami, reiteró que su prioridad sigue siendo la articulación de la oposición, una meta que ha calificado de compleja por las divisiones históricas del movimiento.
Actualmente, Ferrer impulsa la creación de una red de coordinación y la elaboración de un “censo” de disidentes dentro y fuera de Cuba, con la idea de sentar bases para eventuales primarias opositoras y un frente común enfocado, entre otros puntos, en la amnistía de presos políticos.