'¿Se venden o no los colchones?' explicación de Marrero Cruz(video)
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 15 de noviembre de 2025
Tras el paso del huracán Melissa, muchas familias en el oriente cubano se quedaron sin nada, enfrentando la devastación y la pérdida de sus hogares. Lo que debería ser un momento de solidaridad y apoyo se ha visto empañado por la polémica generada en torno a los colchones que llegaron al país como donaciones internacionales.
Según declaraciones de Manuel Marrero Cruz, los grupos comunitarios deciden si las personas afectadas pueden recibir los colchones de manera gratuita o si deben pagarlos, argumentando que existen dos tipos: unos adquiridos por el propio estado y otros provenientes de donaciones. Esta explicación ha sido recibida con incredulidad y enojo por cientos de ciudadanos en las redes sociales.
El descontento popular refleja una indignación justa: muchos cubanos denuncian que lo donado debería entregarse directamente a quienes lo necesitan, sin intermediarios que lo comercialicen. Comentarios en Facebook y otras plataformas digitales resaltan la frustración de quienes perdieron todo y ven cómo artículos que llegaron gratuitamente al país se venden a quienes no tienen recursos para comprarlos.
“Lo donado es donado, no se venden”, escribió un usuario, resumiendo el sentir de muchos. Otros señalan la falta de empatía y la corrupción detrás de estas prácticas, afirmando que el estado nunca destina recursos propios para apoyar a los más vulnerables.
La situación ha abierto un debate más amplio sobre la transparencia y la gestión de las donaciones en Cuba. Miles de personas recuerdan que la ayuda humanitaria enviada por organizaciones y países extranjeros tiene un único propósito: proteger y apoyar a los afectados, no generar ganancias.
La indignación aumenta al comprobar que, mientras los afectados luchan por sobrevivir, se prioriza la recaudación de dinero sobre la solidaridad. Historias de familias que lo han perdido todo circulan por redes y cada comentario refleja desesperación, impotencia y rabia hacia un sistema que parece olvidar a sus ciudadanos cuando más lo necesitan.
Pero además, los colchones adquiridos por el gobierno que no son de donaciones, tampoco deben venderse a personas que se quedaron sin nada ¿con qué van a pagar esos colchones?¿esos grupos comunitarios de los que tanto habla Marrero tienen la facultad de decidir algo tan sensible como quién tiene y quién no?
Es imprescindible que las autoridades reconsideren la distribución de ayuda en situaciones de desastre y garanticen que lo donado llegue directamente a las manos de quienes sufren las consecuencias. La empatía y la justicia deben prevalecer sobre la burocracia y la oportunidad de lucro. La población exige claridad, respeto y humanidad: lo que se da con fines solidarios no puede convertirse en un negocio.
Fuente: Irma Broek.