Descarga gratis nuestra App

¡La verdad que nunca se contó sobre Granada! Tortoló salvó vidas y Fidel lo convirtió en sombra

Redacción de CubitaNOW ~ sábado 15 de noviembre de 2025

Article feature image

La historia de Pedro Benigno Tortoló Comas no es un simple episodio militar. Es una herida abierta en la memoria de Cuba, una de esas que el poder intenta enterrar bajo burlas, silencios y versiones oficiales.

Su paso por Granada no solo expuso los límites de un hombre en un instante extremo; reveló también la maquinaria de un sistema que fabrica héroes desechables y que siempre ha preferido el mito antes que la vida de sus propios ciudadanos.

Cuando Fidel Castro escogió a Tortoló para “defender” Granada, la batalla ya estaba perdida. No había estrategia, ni preparación, ni lógica en enviar a más de mil cubanos —en su mayoría obreros y técnicos civiles— a permanecer en medio de un caos creciente. Pero retirarlos habría puesto en peligro una epopeya que ya no convencía ni a quienes la escribían. Por eso la orden fue tan absurda como innegociable: permanecer en el puesto, sin importar lo que sucediera. ¡No era una misión, era un espectáculo!

El amanecer del 25 de octubre marcó el choque entre la retórica y la realidad. Rodeado por miles de soldados norteamericanos, Tortoló tuvo que decidir entre obedecer un guión dictado desde La Habana o actuar como un ser humano con criterio propio. Eligió lo segundo. No lanzó a los civiles a una resistencia suicida. No sacrificó obreros para producir titulares patrióticos. Protegió a los suyos porque sabía que resistir no era valentía, sino irresponsabilidad.

Ese momento marcó el inicio de su caída, no por lo que hizo, sino por lo que dejó en evidencia: que el sacrificio que exigía el poder era solo un teatro para sostener la épica revolucionaria. Su decisión desnudó la incoherencia del discurso eterno de “resistencia sin límites”, aun cuando no tiene sentido, aun cuando arrastra a inocentes.

La bienvenida de Fidel a su regreso fue otra puesta en escena. Sonrisas, cámaras, aplausos. Un teatro montado para aparentar aprobación. Pero el sistema nunca perdona a quien rompe la ilusión. A los pocos días, un juicio disciplinario a puertas cerradas selló su destino: degradado a soldado raso, borrado de la historia oficial, castigado por haber actuado como un hombre sensato y no como un títere obediente. Su familia, como tantas otras en Cuba, pagó el precio durante décadas.

Durante años, el país repitió un chiste cruel: “Si quieres correr veloz, usa tenis Tórtolo”. Una burla diseñada para ocultar que aquel hombre, al que ridiculizaron sin piedad, probablemente evitó una tragedia mayor.

¿Cobarde? ¿Héroe? Ninguna etiqueta alcanza.

Lo que hizo Tórtolo fue desafiar —aunque fuera por instinto— un modelo que celebra el sacrificio ajeno, que exige obediencia ciega y que calla toda verdad que incomode. Su historia divide no por lo que pasó en Granada, sino porque muestra algo que muchos aún temen decir: que la verdadera lealtad no es obedecer órdenes absurdas, sino proteger las vidas que dependen de ti.

Eso fue lo que él hizo.

¡Y eso es exactamente lo que el poder nunca le perdonó!

Del perfil de Lara Crofs



Recomendado para ti

Tambien te puede interesar