Armando Arencibia Valhuerdi, reconocido creador del ámbito audiovisual cubano, director, analista y agudo observador de la realidad cotidiana del país, falleció dejando un profundo vacío entre colegas, amigos y quienes siguieron su pensamiento crítico y su obra.

La noticia fue confirmada por el también director José Martín Díaz Díaz, quien le dedicó un emotivo mensaje de despedida.

“Mi buen consejero, mi asesor personal en el mundo audiovisual en el que siempre fue un experto. Y sobre todo, mi gran amigo”, escribió Díaz Díaz, reflejando el vínculo profesional y humano que los unía. Aunque su estado de salud hacía prever el desenlace, la pérdida ha resultado difícil de asimilar para quienes compartían con él espacios de diálogo, análisis y reflexión. “Hasta iba a ir por su casa hoy a otra de nuestras tertulias siempre enriquecedoras”, añadió.

Armando Arencibia Valhuerdi fue una figura respetada dentro de los medios audiovisuales cubanos. A lo largo de su trayectoria se desempeñó como director y asesor creativo, destacándose por su rigor profesional y su profundo conocimiento del lenguaje televisivo y cinematográfico. Más allá de su trabajo técnico, fue reconocido por su capacidad crítica y por no eludir los temas sensibles del día a día del cubano, una postura que lo distinguió dentro de un entorno mediático marcado por limitaciones y silencios.

Quienes lo conocieron coinciden en que Arencibia no solo analizaba la realidad desde la estética audiovisual, sino también desde una mirada ética y social, comprometida con reflejar las contradicciones y desafíos de la vida en Cuba.

Esa actitud crítica, señalan allegados, pudo haber influido en que hoy su legado aparezca minimizado en espacios oficiales, un hecho que ha generado comentarios y cuestionamientos entre colegas del sector cultural.

En su mensaje, José Martín Díaz Díaz también recordó con especial cariño la relación de Armando con su esposa Maribel, a quien describió como una de las personas que más admiraba y quería. “Eran una de las parejas más amorosas que he conocido”, expresó, subrayando la dimensión humana del creador más allá de su vida profesional.

La muerte de Armando Arencibia Valhuerdi se suma a la de otros realizadores y directores de la televisión cubana que, en distintos momentos, mantuvieron una postura crítica frente a la realidad del país. Su partida deja un legado de pensamiento independiente, amor por el audiovisual y compromiso con la verdad cotidiana del cubano.

“Un abrazo hasta el infinito, mi querido Mandy”, concluyó Díaz Díaz, en una despedida que resume el respeto, el afecto y la huella profunda que Armando Arencibia Valhuerdi deja en el panorama cultural cubano.

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