Imágenes satelitales recientes han revelado la expansión de bases sospechosas de espionaje chinas en Cuba, lo que subraya las crecientes ambiciones de China para ampliar sus capacidades globales de recolección de inteligencia. Funcionarios de la administración Biden ya habían informado el año pasado sobre el acceso de China a múltiples instalaciones de espionaje en la isla. Un análisis realizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) ofrece una evaluación detallada de cuatro sitios activos en Cuba, probablemente operados por China, que están estratégicamente ubicados para espiar a los Estados Unidos.

China ha encontrado en Cuba una ubicación estratégica para sus operaciones de inteligencia, dada la proximidad de la isla a menos de 100 millas de la costa de Florida. Esta ubicación permite a China vigilar comunicaciones y actividades sensibles en la región, incluyendo instalaciones militares estadounidenses. La historia de Cuba como anfitrión de operaciones de espionaje extranjeras, como la famosa base de inteligencia de la Unión Soviética en Lourdes durante la Guerra Fría, refuerza la viabilidad de estos nuevos sitios de espionaje chinos.

Bejucal

Situado en las colinas que dominan la ciudad de La Habana, Bejucal es el sitio de inteligencia más grande revisado por CSIS. Este complejo ganó notoriedad durante la Crisis de los Misiles en 1962 cuando albergaba armas nucleares soviéticas. Imágenes satelitales de marzo de 2024 revelan que el área ha sido objeto de importantes actualizaciones en la última década, indicando una misión en evolución. Entre las novedades, se incluye la construcción de un nuevo radomo, que podría albergar un sistema de radar o de inteligencia de señales electrónicas (ELINT).

El Salao

Ubicado en la provincia de Santiago de Cuba, en el extremo oriental de la isla, este complejo de SIGINT es una incorporación reciente que no había sido reportada anteriormente. Se afirma que China ha operado un campo de antenas en esta área estratégica cerca de la Base Naval de Guantánamo Bay desde 1999. El acceso a esta ubicación proporciona a China un punto de vigilancia privilegiado cerca de una importante base militar estadounidense en la región.

Wajay

A menos de 10 kilómetros al norte de Bejucal, se encuentra este sitio más pequeño conocido como Wajay. La presencia de cercas de seguridad y puestos de guardia sugiere que el sitio está destinado a actividades militares o sensibles. El complejo ha crecido gradualmente en los últimos 20 años, pasando de tener una sola antena y varios edificios pequeños en 2002 a un robusto complejo hoy en día. Ahora alberga 12 antenas de varios tamaños y orientaciones, instalaciones significativas de operaciones y soporte, e incluso una pequeña granja solar. Existen rumores no confirmados de que China ha jugado un papel en la construcción o modernización del sitio.

Calabazar

Cerca de la ciudad homónima, este pequeño complejo militar cubano muestra señales claras de operaciones de SIGINT con más de una docena de antenas parabólicas de varios tamaños dispersas por el sitio. El número, la ubicación y la orientación de las antenas han cambiado considerablemente con el tiempo, ajustándose probablemente a cambios en la misión del sitio. La instalación de monitoreo espacial en este lugar es notable, dado que Cuba no posee satélites propios, lo que sugiere una probable vigilancia de actividades espaciales extranjeras, incluyendo las de EE.UU.

Estos sitios, con sus sofisticadas instalaciones de recolección de inteligencia, permiten a China vigilar y posiblemente interceptar comunicaciones militares y comerciales vitales de Estados Unidos. Tener acceso a estas instalaciones en Cuba podría cerrar una brecha significativa en las capacidades de China para monitorear las actividades en el hemisferio occidental. La recolección de inteligencia de señales (SIGINT) es una parte esencial del espionaje moderno, y la proximidad de Cuba a los EE. UU. ofrece a China una ventaja estratégica única.

Además, la recopilación de datos sobre actividades como ejercicios militares, pruebas de misiles, lanzamientos de cohetes y maniobras de submarinos permitirá a China desarrollar una imagen más sofisticada de las prácticas militares estadounidenses. Aunque las comunicaciones militares modernas están altamente encriptadas, lo que oculta el contenido de los mensajes y datos, la información sobre la frecuencia, origen, dirección y ritmo del tráfico de comunicaciones puede proporcionar un valor significativo de inteligencia.

La expansión de las capacidades de espionaje de China en Cuba representa un desafío estratégico importante para los Estados Unidos. La vigilancia y posible intercepción de comunicaciones vitales en la región del sureste de EE. UU. podría otorgar a China una ventaja considerable en la recopilación de datos estratégicos, afectando tanto la seguridad nacional como los intereses comerciales estadounidenses.

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