La jornada del martes comenzó con un inusual revuelo en Sancti Spíritus. Un grafiti con la frase “Abajo la dictadura” apareció sorpresivamente en plena Carretera Central, justo en la intersección con la Avenida de los Mártires, uno de los lugares más transitados de la ciudad. La contundencia del mensaje no pasó desapercibida y generó un inmediato aluvión de comentarios tanto en la calle como en redes sociales.

La ubicación del grafiti fue especialmente simbólica. El mensaje fue pintado debajo de una inscripción de bronce que recoge una célebre frase del prócer mambí Serafín Sánchez: “Sancti Spíritus sigue la marcha”, una carga histórica que contrastó con la denuncia directa plasmada en pintura negra.

Aunque el cartel fue cubierto rápidamente —presuntamente por efectivos del Ministerio del Interior (Minint), según muestran imágenes que circularon ampliamente en plataformas digitales—, el impacto del gesto se mantuvo. Fotografías y videos del momento se viralizaron en redes, especialmente en páginas como Clandestinos Sancti Spíritus y perfiles de activistas como Lara Crofs, quienes celebraron la acción como un acto de valentía y orgullo local.

El periodista Wilfredo Cancio Isla también reaccionó a lo ocurrido, planteando en su página de Facebook varias interrogantes en torno al contexto del suceso: “¿Fue una reacción a las polémicas medidas de ETECSA que están levantando roncha entre los jóvenes? ¿O tal vez un reflejo del hastío colectivo por los apagones, la escasez y la presión económica que aprieta sin descanso?”. Y agregó una reflexión más amplia: “¿O un cóctel liberador con todos los ingredientes explosivos de la profunda crisis de carencias en la sociedad cubana?”

A pesar de los esfuerzos por silenciar la consigna, el mensaje quedó sembrado tanto en la memoria de quienes lo presenciaron como en las redes sociales. En un entorno donde la censura es constante y la vigilancia omnipresente, este tipo de expresión se convierte en una forma de resistencia, una muestra del descontento creciente que se abre paso con brochas y pintura.

Este incidente no es aislado. Recientemente, en ciudades como Santiago de Cuba también han aparecido carteles con demandas de libertad para figuras opositoras como José Daniel Ferrer. Todo parece indicar que, más allá de los intentos oficiales por borrar las señales, las manifestaciones de inconformidad continúan surgiendo, cada vez con mayor visibilidad y determinación.

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