La Casa Blanca rechazó una solicitud de líderes de la Iglesia católica en Florida para que el Gobierno federal suspenda temporalmente las operaciones migratorias durante las celebraciones navideñas. La petición, encabezada por el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, fue respondida con un escueto mensaje en el que se dejó claro que la política migratoria seguirá aplicándose sin cambios.

El pronunciamiento de los obispos fue enviado el lunes al presidente Donald Trump y contó con la firma de otros siete integrantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Florida. En la carta, Wenski reconoció que el Gobierno ha avanzado en el aseguramiento de la frontera y en la identificación de inmigrantes con antecedentes criminales, pero advirtió que las redadas masivas están afectando cada vez más a personas sin historial delictivo.

“En este punto, el enfoque de máxima aplicación termina atrapando a personas que no son criminales, sino trabajadores que contribuyen a sus comunidades”, señaló el arzobispo. Según el prelado, esta dinámica está generando un ambiente de miedo que se extiende más allá de los inmigrantes indocumentados y alcanza a familiares y vecinos que residen legalmente en Estados Unidos.

Ante este panorama, los obispos pidieron una pausa humanitaria durante la temporada navideña. A su juicio, suspender las redadas en estas fechas sería un gesto de respeto hacia la dignidad de las familias y permitiría aliviar la ansiedad en comunidades ya golpeadas por la incertidumbre migratoria.

La respuesta oficial no hizo referencia a la Navidad ni a las consideraciones humanitarias planteadas por la Iglesia. En un correo electrónico de apenas dos oraciones, la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, afirmó que el presidente Trump fue elegido con la promesa de deportar a inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales y que su administración está cumpliendo ese compromiso.

Wenski, una de las voces más visibles en defensa de un trato más humano hacia los migrantes, ha criticado en reiteradas ocasiones las políticas migratorias del Gobierno. En septiembre participó en un panel en la Universidad de Georgetown junto a otros líderes católicos, donde cuestionó medidas que, según dijo, fomentan el temor, separan familias y afectan la vida pastoral de las parroquias.

El arzobispo también ha subrayado el papel clave de los inmigrantes en sectores esenciales de la economía estadounidense, como la agricultura, los servicios, la salud y la construcción. “Muchos empleadores reconocen que algunos de sus mejores trabajadores son inmigrantes”, ha afirmado, insistiendo en que la aplicación de la ley debe ser racional y humanizada.

Como parte de su labor pastoral, Wenski se ha involucrado en iniciativas de acompañamiento espiritual a personas detenidas en centros de inmigración. Entre ellas destaca su participación en el ministerio “Knights on Bikes”, vinculado a los Caballeros de Colón, con el que ha visitado instalaciones en Florida, incluida una prisión conocida popularmente como “Alcatraz de los Caimanes”.

(Con información de AP)

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