Santiago de Cuba vive horas de consternación tras conocerse nuevos y espeluznantes detalles sobre el asesinato de Ángel Luis Mercantety Quiñones, un jubilado de 74 años, cuyo cuerpo fue desmembrado y ocultado por su propio vecino.

El crimen, ocurrido el pasado 21 de agosto en el reparto Abel Santamaría, salió a la luz cuando trabajadores de la Empresa de Comunales hallaron la cabeza de la víctima en un contenedor de basura frente a una tienda TRD, cerca de la última parada de ómnibus de la zona.

El hallazgo, en avanzado estado de descomposición, permitió identificar a Mercantety Quiñones, reportado como desaparecido desde el día 22.

De acuerdo con el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, el principal sospechoso es José Luis Fernández Torres, de 60 años, quien confesó haber cometido el crimen en su propia vivienda.

Según su testimonio, todo ocurrió tras una discusión por deudas mientras ambos ingerían bebidas alcohólicas.

En medio de la disputa, Fernández Torres golpeó a la víctima en la cabeza con un tubo, causándole la muerte.

Lo más aterrador vino después: el hombre admitió haber desmembrado el cuerpo y guardado partes en dos refrigeradores dentro de su casa.

Otros fragmentos fueron arrojados en un arroyo cercano, en la entrada de Micro 1, donde vecinos reportaron olores y restos extraños.

En el registro policial de la vivienda se encontraron frascos con carne frita, una jarra con grasa y una bolsa con costillas, lo que disparó especulaciones sobre posibles prácticas de canibalismo, aunque las autoridades no han confirmado oficialmente esa hipótesis.

La confesión del acusado y el hallazgo de restos humanos en distintos puntos de la ciudad han provocado indignación y miedo entre los santiagueros.

Los residentes del Abel Santamaría describen el hecho como uno de los más brutales que recuerden en años y exigen que se imponga la máxima condena contra el asesino.

El Ministerio del Interior ha confirmado que Fernández Torres es el principal responsable y será procesado por asesinato.

Mientras tanto, la comunidad permanece estremecida no solo por la crueldad del crimen, sino también por la utilización de un espacio doméstico para ocultar y manipular los restos humanos.

El caso de Ángel Luis Mercantety Quiñones se ha convertido en símbolo del horror y la inseguridad que hoy sacuden a Santiago de Cuba, donde los vecinos, aún atónitos, claman por justicia ejemplar.

Recomendado para ti