El director cubano de teatro Freddys Núñez Estenoz, líder del grupo camagüeyano Teatro del Viento, se pronunció este miércoles para desmentir los rumores que circulan en redes sociales sobre una supuesta censura institucional contra su compañía artística.

En un extenso y enérgico comunicado difundido en sus redes sociales, Núñez calificó como “totalmente falso” que sus obras hayan sido prohibidas o retiradas de cartelera por motivos políticos.

“Nunca una obra nuestra ha sido retirada de cartelera por asuntos relacionados con la censura”, afirmó el director, quien lleva 26 años al frente de una de las agrupaciones más reconocidas en la escena teatral cubana. “Nuestro teatro puede no gustar a ciertas zonas oficiales…, pero siempre ha habido entendimiento y sentido común”, añadió.

El artista reconoció que sus piezas reflejan “la Cuba real”, muy alejada de la imagen idealizada que proyectan las postales o consignas oficiales. Sin embargo, enfatizó que Teatro del Viento forma parte del sistema institucional de la cultura y no es un colectivo independiente, como se ha sugerido. Recordó que su sede fue renovada recientemente con fondos estatales y que sus producciones reciben financiamiento oficial, lo cual sería contradictorio con una política de exclusión o persecución.

Respecto a su última obra, Fibra, Núñez aclaró que no ha sido vetada. Si bien una función en Santiago de Cuba fue cancelada, explicó que la suspensión se debió a una interrupción del suministro eléctrico y no a un acto deliberado para impedir la presentación. Destacó que se hicieron esfuerzos para mantener el circuito eléctrico del teatro en funcionamiento pese a la crisis energética que atraviesa el país.

El director también criticó indirectamente a ciertos usuarios en redes sociales que, según él, han intentado aprovechar la repercusión de sus obras para ganar visibilidad mediante la desinformación. “Es lamentable el circo que han armado intentando buscar likes”, señaló.

Aunque no negó que han existido momentos de tensión o desacuerdos con funcionarios culturales, insistió en que si alguna vez hubiera enfrentado censura, habría denunciado la situación ante las instituciones pertinentes antes de ventilarla en redes sociales.

Finalmente, Núñez reafirmó su compromiso con un teatro que confronte, dialogue con la realidad cubana y promueva la reflexión. “Nuestras obras hablan de Cuba sin barniz ni maquillaje… y en ese instante, todos somos iguales”, concluyó.

Probablemente, estos rumores surgieron tras viralizarse hace meses una denuncia pública de Núñez sobre los prolongados apagones en Cuba. No sería extraño que una figura pública que contradice al régimen sea objeto de censura.

En febrero pasado, el artista publicó en Facebook un texto que se convirtió en un grito desesperado frente a la crítica situación de la Isla, caracterizada por apagones de hasta 22 horas diarias. Núñez denunció el colapso de la vida cotidiana, incluyendo “falta de alimentos, agua, electricidad, efectivo y servicios esenciales”. Cuestionó “el sentido de seguir funcionando como sociedad bajo condiciones tan inhumanas” y relató escenas dolorosas como “ancianos desmayados en colas, niños comiendo solo azúcar con agua y médicos cocinando en la calle”.

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