Carl Erik Rinsch, conocido por dirigir la película 47 Ronin, fue declarado culpable por un jurado federal en Nueva York de estafar a Netflix por 11 millones de dólares destinados a producir una serie de ciencia ficción que nunca se completó.

Según la fiscalía, Netflix había contratado a Rinsch para desarrollar una ambiciosa serie llamada White Horse, y la plataforma ya había desembolsado inicialmente unos 44 millones de dólares para financiar su producción.

En 2019 y comienzos de 2020, Rinsch solicitó una suma adicional de 11 millones, supuestamente para cubrir costos de producción y completar el proyecto. Pero en lugar de usar esos fondos para avanzar con la serie, los cargos sostienen que el director desvió el dinero a cuentas personales y lo utilizó para fines ajenos a la producción.

El caso, celebrado en un tribunal federal de Manhattan, duró apenas una semana y concluyó con un veredicto de culpabilidad en todos los cargos, incluidos fraude electrónico, lavado de dinero y transacciones monetarias ilegales, dejando a Rinsch enfrentando una pena máxima teórica de hasta 90 años de prisión.

Su sentencia está programada para el 17 de abril de 2026. Los fiscales detallaron cómo Rinsch primero realizó inversiones de alto riesgo con esos fondos en valores que fracasaron, perdiendo más de la mitad en pocos meses, y posteriormente los destinó al mercado de criptomonedas, obteniendo algunos beneficios antes de transferirlos a cuentas propias.

A partir de ahí, gastó parte del dinero en una extravagante ola de compras personales: cinco Rolls‑Royce y un Ferrari, relojes de lujo y ropa de diseñador, muebles y antigüedades por millones de dólares, dos colchones de alta gama valorados en cientos de miles de dólares, estadías en hoteles de lujo y pagos de tarjetas de crédito, además de abogados para su divorcio y para demandar a Netflix.

Netflix decidió cancelar la serie en 2021 y no emitió ni una sola temporada de White Horse. El estudio también había ganado previamente en un proceso de arbitraje que determinó que Rinsch debía compensar a la compañía, aunque los detalles financieros de esa disputa se mantienen separados de la actual condena penal.

Mientras el veredicto genera impacto en la industria del entretenimiento y en redes sociales, la defensa de Rinsch ha calificado el juicio como un “malentendido” que podría sentar un precedente peligroso para creadores implicados en disputas contractuales con grandes plataformas.

La historia ha causado conmoción entre cinéfilos y usuarios de redes, quienes han compartido comentarios sobre el derroche de dinero y la facilidad con la que una figura reconocida pudo defraudar a una de las principales plataformas de streaming del mundo.

Fuente y foto: El Debate

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