Cándido Raúl Rubio Pérez, un ciudadano cubano de 54 años, fue arrestado por ser el principal sospechoso del asesinato de su exesposa, Niurka Alfonso Acevedo, de 52 años. El crimen, que ha estremecido a la comunidad local, ocurrió el pasado lunes 14 de abril en el estacionamiento de la Escuela Primaria Chadwell, ubicada en el vecindario de Madison, en Nashville, Tennessee.

De acuerdo con las autoridades, se trató de un acto premeditado de violencia doméstica. Rubio Pérez habría esperado a su ex pareja en el lugar para atacarla con un cuchillo en horas de la madrugada, antes del inicio de la jornada escolar. El cuerpo sin vida de Alfonso Acevedo fue hallado por un empleado de la institución, quien inmediatamente llamó al 911 alrededor de las 6:00 a.m.

Tras una intensa búsqueda que se extendió durante varios días, la captura del sospechoso se llevó a cabo en un complejo de apartamentos en Berkley Drive, también en Madison. El arresto fue posible gracias a la intervención de la Fuerza de Tareas del Marshal de Estados Unidos, en colaboración con la policía local. Las imágenes difundidas por las autoridades muestran a Rubio Pérez visiblemente afectado, llorando al momento de ser detenido.

Familiares de la víctima confirmaron que la relación entre ambos había estado marcada por episodios anteriores de violencia. Aunque vivieron juntos durante más de dos décadas y compartían hijos, allegados a la pareja aseguraron que Rubio Pérez mostraba signos de inestabilidad emocional, agravados en tiempos recientes.

Según versiones cercanas, el sospechoso estaba recibiendo tratamiento médico para controlar su comportamiento, pero esto no fue suficiente para evitar la tragedia.

En los meses previos al crimen, la familia de Alfonso Acevedo había manifestado su preocupación por su seguridad, temiendo que la violencia pudiera escalar. Lamentablemente, esos temores se hicieron realidad.

Rubio Pérez enfrenta cargos por asesinato y será procesado judicialmente en los próximos días. En el estado de Tennessee, un cargo de asesinato en primer grado puede conllevar la pena de muerte o cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

Las autoridades continúan investigando el caso y han solicitado a la ciudadanía cualquier información adicional que pueda aportar a esclarecer completamente lo ocurrido.

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